- No podría soportar estar separado de ti ni un mes, ni una semana, ni un día. Nunca, Elisabeth.- Mientras me estrechaba me di cuenta que estaba temblando.- Nunca - me aseguró con lágrimas en los ojos.
Traté de restarle importancia echándome a reír.
- Soy como la hierba azotalenguas. ¡Nada nos podrá separar nunca!
El legado
Kirdty Wark
Para que se convierta en queso la leche tiene que coagularse, quedando tras ello una parte líquida, el suero, y otra sólida. Este proceso puede producirse de dos maneras, bien por medio de las bacterias presentes en la propia leche y que se conoce como coagulación láctica, bien tras añadirle cuajo a la leche, siendo en esta caso una coagulación enzimática. El cuajo es una substancia que contiene una enzima que rompe las proteínas lácticas produciendo el coagulo.
El cuajo puede tener varios orígenes. Hay uno animal, que se obtiene del estómago de los rumiantes que se encuentran lactando . ¿Recordáis las partes del estómago de los rumiantes? Yo no me acordaba, he tenido que mirarlo: panza, redecilla, libro y... ¡cuajar! También pueden usarse plantas para cuajar la leche, es el cuajo vegetal cuyo principal exponente es el cardo, pero hay otros como la leche de higuera, el lampazo, la tagarnina o nuestra planta de hoy: el Galium aparine que por ese motivo recibe también el nombre de cuajaleches. Lo de Galium también viene de leche, del griego gala que encontramos también en palabras como galactosa (el azúcar que producen las glándulas mamarias), galactorrea (secreción anormal de leche) o galactóforo (conductos por los que la leche llega hasta el pezón)
Toda la planta está recubierta de una especie de ganchos que hace que se pegue con facilidad a diversas superficies como a la ropa de ahí que se conozca con nombres tales como amor de hortelano o amigo de caminantes, aunque quizás el más común sea el de azotalenguas supongo que pensando en la que su contacto con este órgano podría provocar.
- Sí que lo sabremos - replicó Adamsberg, pisando a propósito una mata de galio seca.
Ya está, se había acordado del nombre de esa planta de bolitas que se enganchan. Era el galio
Fred Vargas