30 de octubre de 2013

Jara cerval, jara macho

Todas las comadres acudían con su receta. Las unas, que almendras amargas; las otras, que emplastos de ruda; esotras, que emplastos de jara cerval...Una farmacopea inédita tanto o más extensa que la oficial.
                                     
                                                                                       Mariquita León
                                                                                       José Nogales



La jara macho, cerval o cervuna que por todos esos nombres se conoce es fácilmente reconocible por sus grandes y vistosas flores blancas, por  sus frutos en forma de cápsulas y por sus grandes hojas que por recordar a las de los álamos le dan nombre científico: cistius populifolius.


Si está claro el por qué de su nombre latino, no he logrado ninguna pista que me indique de donde proceden sus apelativos populares. Cerval  y cervuna hacen referencia al ciervo por lo que pienso que tal vez gusten estos animales de consumirla. He intentado averiguar algo al respecto y sí parece que las jaras en general forman parte de la dieta de los ciervos, aunque no están entre sus favoritas por los productos químicos que contienen. Quizás prefieran la menos aromática  jara macho a la pringosa y de ahí el nombre. También se comen los ciervos los frutos de las jaras, contribuyendo a su dispersión al resistir al parecer las semillas la digestión.


En el texto que he elegido (no tenía muchas opciones) hablan de emplastos de jara cerval. Pocas referencias a usos médicos de esta jara he encontrado, pero sí una alusión a su uso para tratar los granos precisamente en la sierra onubense


16 de octubre de 2013

Jara de las cinco llagas

Un delicioso olor, perfume que envidiarían los elegantes de la corte para sus gabinetes, embalsamaba el aire. Diego preguntó a la niña de qué provenía:
- Mi madre - dijo la niña - está encendiendo el horno y serán las cornicabras o la jara que quema. ¿No sabía usted que la jara olía tanto? Y huele tan bien - prosiguió la habladorcilla - porque suda sangre como Nuestro Redentor. Las flores tienen cinco hojas blancas, y cada hoja una mancha colorada y sangrienta, como las llagas del Señor. ¿Las ve usted? - dijo acercándose a Diego y presentándole una flor - ¡Mire usted, mire usted! Cinco son.

                                                                          Una en otra: novela de costumbres
                                                                          Fernán Caballero



Las flores de la jara pringosa presentan en ocasiones una mancha púrpura en la base de cada pétalo, recibiendo el nombre de jara de las cinco llagas ( cistus ladanifer var. maculatus) siendo por lo demás en todo idéntica a la de flores blancas.


Los insectos en algunas cosas son bastante parecidos a los humanos, y del mismo modo que nosotros evitamos entrar en bares que están vacíos y preferimos aquellos con algo de público o incluso rebosando, ellos también prefieren acudir a las flores en las que ya hay otros insectos. Es por ello que muchas plantas tienen manchas en sus flores, que engañaran a un insecto poco observador que pensará se trata de algún  congénere que  ha llegado antes.


En el caso de que sea esta táctica para atraer polinizadores  la que explique la existencia de los dos tipos de flores de la jara pringosa debo quitarme el sombrero ante tan exitosa estrategia ya que, he de confesar, aun sigo buscando insistente pero infructuosamente jaras pringosas de flores blancas (cuyo comentario por cierto tengo escrito desde hace más de dos años), en tanto que los ejemplares de la variante "llagada" son legión.




2 de octubre de 2013

Oruga

Quise por curiosidad saber qué comía y díjome: "Yo soy pobre hombre, como lo que gano, y gano lo que puedo. para vivir mejor. En el bodegón adonde voy, saben ya que me tiene que dar una libreta de carnero merino castrado y para con él una salsa de oruga hecha con azucar. Con esto paso el invierno; que para el verano con una poca de ternera me basta".

                                                                                    Guzmán de Alfarache
                                                                                    Mateo Alemán


La oruga, eruca vesicaria, como los jaramagos, crece en general en terrenos yermos y baldíos y es conocida también como jaramago blanco.


Tiene fama de afrodisíaco  y así  Dioscórides dice comida cruda en gran cantidad, la oruga estimula a lujuria, y el escritor gaditano del siglo I Columela aconsejaba, pese a todo,  reservarle un lugar en el huerto:

                                                     la oruga que no menos estimula
                                                     a la bruta pasión: mas las virtudes
                                                    que a tal vicio acompañan la hacen digna
                                                    de ocupar algún sitio...

Y qué virtudes son estas. Pues según Dioscórides y Laguna tiene propiedades diuréticas y antiescorbúticas; la simiente, bebida, atonta de tal modo que no se sienten los azotes y mezclada con miel es buena para las manchas de la piel.