ella a los gallos cantar;
a ella como hija de reyes
la entierran en el altar,
a él como hijo de conde
unos pasos más atrás.
De ella nació un rosal blanco,
de él nació un espino albar;
crece el uno, crece el otro
los dos se van a juntar;
las ramitas que se alcanzan
fuertes abrazos se dan,
las que no se alcanzaban
no dejan de suspirar.
La reina, llena de envidia,
ambos los mandó cortar;
el galán que los cortaba
no cesaba de llorar.
Romance del Conde Niño
Anónimo
Ya he comentado en alguna ocasión que indagando sobre las plantas acaba uno llegando a lugares insospechados y eso es lo que me ha ocurrido con el espino albar (Crataegus monogyna) un arbusto espinoso, de hojas muy características, usado con frecuencia para formar setos vivos y con una floración espectacular, que me ha llevado a indagar y acabar hablando de báculos florecidos.
Hace ya tiempo había leído que según una leyenda San José de Arimatea llegó a Inglaterra donde fundó la abadía de Glastonbury. Allí clavó su cayado en el suelo y de él surgió un espino albar, que presentaba una peculiaridad: florecía dos veces al año, en primavera y en Navidad. Ese espino, a base de injertos ha "llegado" hasta nuestros días, y es costumbre desde el siglo XVI enviar flores de ese árbol en Navidad al soberano inglés (como me consta que me leen en Inglaterra, espero que me confirmen estos datos).
Lo del báculo florecido me sonaba a algo. A Quo vadis. Al final de la película se puede ver, entre músicas angelicales, como el báculo de San Pedro florece en el lugar en el que huyendo de Roma se le había aparecido Cristo con el que mantiene ese dialogo que se inicia con la frase que da título al libro: Quo vadis Domine? He buscado esta escena en el libro, y no aparece. Se trata de un añadido, efectista, de la película.
Pero me he encontrado con otros báculos que florecen, aunque sólo en el caso del báculo de Aaron nos indica qué florece: un almendro. También el cayado de San Cristóbal, según se nos cuenta en la Leyenda dorada, floreció tras clavarlo su dueño en tierra y elevar oraciones al cielo suplicando dicho milagro.
A San José se le representa siempre con un báculo, pero hasta hoy no me había dado cuenta de que también está florecido. La explicación, como no, en la Leyenda dorada, que nos cuenta como el esposo de la Virgen fue elegido entre todos los hombres no casados y en edad de casarse de la casa de David, siendo el signo que lo designaría su bastón florecido.
Y termino, aunque sospecho que habra más. Tannhäuser. Tannhäuser ha ido a Roma a suplicar al papa el perdón de sus muchos pecados, pero regresa sin ese perdón, tan imposible según el papa como que florezca su báculo, encontrando que su amada Elisabeth, que había ofrecido su vida a la Virgen a cambio de la salvación de Tannhäuser, ha muerto por él. Muere también Tannhäuser, tras lo cual llegan de Roma los peregrinos portando el florecido báculo papal. Y como hoy he estado un poco pesado os dejo para compensar los dos últimos minutos de Tannhäuser. Merecen la pena.