31 de marzo de 2020

Azotalenguas

- No podría soportar estar separado de ti ni un mes, ni una semana, ni un día. Nunca, Elisabeth.- Mientras me estrechaba me di cuenta que estaba temblando.- Nunca - me aseguró con lágrimas en los ojos.
Traté de restarle importancia echándome a reír.
- Soy como la hierba azotalenguas. ¡Nada nos podrá separar nunca!
                                                                                   
                                                                                         El legado
                                                                                         Kirdty Wark



Para que se convierta en queso la leche tiene que coagularse, quedando tras ello una parte líquida, el suero, y otra sólida. Este proceso puede producirse de dos maneras, bien por medio de las bacterias presentes en la propia leche y que se conoce como coagulación láctica, bien tras añadirle cuajo a la leche, siendo en esta caso una coagulación enzimática. El cuajo es una substancia que contiene una enzima que rompe las proteínas lácticas produciendo el coagulo.


El cuajo puede tener varios orígenes. Hay uno animal, que se obtiene del estómago de los rumiantes que se encuentran lactando . ¿Recordáis las partes del estómago de los rumiantes? Yo no me acordaba, he tenido que mirarlo: panza, redecilla, libro y... ¡cuajar! También pueden usarse plantas para cuajar la leche, es el cuajo vegetal cuyo principal exponente es el cardo, pero hay otros como la leche de higuera, el lampazola tagarnina o nuestra planta de hoy: el Galium aparine  que por ese motivo recibe también el nombre de cuajaleches. Lo de Galium también viene de leche, del griego gala que encontramos también en palabras como galactosa (el azúcar que producen las glándulas mamarias), galactorrea (secreción anormal de leche) o galactóforo (conductos por los que la leche llega hasta el pezón)


Toda la planta está recubierta de una especie de ganchos que hace que se pegue con facilidad a diversas superficies como a la ropa de ahí que se conozca con nombres tales como amor de hortelano o amigo de caminantes, aunque quizás el más común sea el de azotalenguas supongo que pensando en la que su contacto con este órgano podría provocar.


- Sí que lo sabremos - replicó Adamsberg, pisando a propósito una mata de galio seca.
Ya está, se había acordado del nombre de esa planta de bolitas que se enganchan.  Era el galio

                                                                                                 Tiempos de hielo
                                                                                                  Fred Vargas



17 de marzo de 2020

Pamplinillas

El claro viento del mar sube por la cuesta roja, llega al prado del cabezo, ríe entre las tiernas florecillas blancas; después, se enreda por los pinetes sin limpiar y mece las encendidas telarañas celestes, rosas, de oro... Toda la tarde es ya viento marino
                                                                                                 Platero y yo
                                                                                                 Juan Ramón Jiménez



Si según el diccionario de la Real Academia una pamplina es algo de poca entidad, fundamento o utilidad, una pamplinilla debe ser ya el no va más. Tanto es así que no he hallado un texto con que ejemplificar  y he tenido que conformarme con unas genéricas florecillas blancas 


Pero no termina ahí la cosa. No estoy muy seguro del nombre científico de nuestra planta. No tengo dudas de que se trata de una Cerastium ( Del griego cuerno por lo que he podido leer) pero me siento incapaz de ponerle apellido ¿glomeratum? ¿brachypetalum?


Además de pamplinillas también se conocen como moruquillas y como orejas de ratón, esto último supongo que por esa escotadura que tienen los pétalos en su borde


3 de marzo de 2020

Afaca

Colomita, entretanto, satisfecha ya la primaria necesidad de alimentarse, se ha quedado en su sitio, recostado en la mesa; sus miradas se pierden entre las hojas gráciles y los tallitos zarcillosos de una mata de afacas.
                                                                                  Más allá de la trocha
                                                                                  Pilar Laña Santillana



Tal vez lo que en un principio nos resulta más llamativo de la afaca (Lathyrus aphaca) sean las hojas, pero ¡oh sorpresa! lo que nos parecen hojas no son tales sino dos estípulas, es decir dos apéndices que se encuentran el la base de la hoja, muy desarrolladas. Y entonces ¿cuál es la hoja?


Pues la hoja, muy modificada, se ha transformado en un delgado zarzillo como podemos ver en la siguiente fotografía, surgiendo de entre las estípulas plegadas.


Las flores se sitúan en el extremo de un largo pedúnculo que surge  de la axila de la hoja


En cuanto a utilidades, creo que tan solo alegrar la vista