campo y huerto
- ¡Mi campo! ¿Morir sin ti?
(Junto a la alberca, el jazmín
se enreda al ciprés del huerto)
- ¡Mi campo! ¿Morir allí?
(Al pie del mastranzo en flor
¿seguirá el agua cayendo?)
- ¡Mi campo! ¡Morir en ti!
Campo.
Campo y huerto,
por el camino del sueño.
Caminante del sueño
Emilio Prados
El cólera es una enfermedad infecciosa conocida desde la antigüedad que a lo largo del siglo XIX adquiere singular importancia al producirse sucesivas pandemias con origen en el sudeste asiático, región en la que una enfermedad endémica, causantes de una elevada mortandad. Fue durante la tercera de estas pandemias, que entre 1854 y 1855 se cobró en España unas 236000 vidas, cuando el mastranzo (Mentha suaveolens) alcanzó fama como remedio contra este mal.
Cuentan que un pastor, sintiéndose enfermo de cólera, tomó mastranzo con resultados espectaculares, lo que dio lugar a que Madrid se llenase de labradores vendiendo mastranzo y haciendo su agosto. Tanto predicamento debió alcanzar que hasta se publicó un libro titulado Breve y verdadera historia del mastranzo, planta preconizada como uno de los mejores específicos para combatir el cólera morbo que concluye diciendo: los ensayos oficiales, que del mastranzo se han hecho en Madrid para el tratamiento del cólera, no han producido resultado alguno, ni correspondido a los pomposos elogios, con que se anunció su descubrimiento. Poco le duró la gloria.
Conocida también como hierbabuena de burro comparte con la menta sus virtudes y usos aunque menos utilizada al ser, al decir de la mayoría, su olor poco agradable hasta el extremo de decir Font de Quer que el mastranzo es a la menta lo que una madrastra a una madre. No parece muy de esa opinión Lorca:
Que las hojitas del mastranzo
son dulcecitas, ay, de tomar.
Tatará, tatará, tatará
El maleficio de la mariposa