En un overo de tendidas crines, que apenas cabe en la anchurosa plaza, la rienda floja el acicate apunto, la pica en ristre, a la sortija avanza
El moro expósito Ángel de Saavedra, Duque de Rivas
Esta es una de las raras ocasiones en que le texto que encabeza la entrada no hace referencia a la planta que nos ocupa, pero no he encontrado ninguna referencia literaria, y mira que la flor es bonita (aunque pequeña y discreta) y el nombre muy sugerente: acicates de olor.
Para mi un acicate era algo que te estimula, que te mueve a hacer algo, y hasta conocer estos acicates de olor ignoraba otros significados y por supuesto su origen. Un acicate es una espuela pero sin roseta, con una única punta en general con un tope para que no penetre mucho, usada para picar a los caballos y "solicitarles" de este modo un esfuerzo mayor. Simbólicamente los acicates pasaron al lenguaje común para referirse a esos alicientes, incentivos o motivaciones que nos conducen a hacer algo.
Y por qué nuestra planta recibe ese nombre. Pues no hay más que fijarse en ese espolón que muestran las flores en su base para entenderlo.
No he dicho aun que su nombre científico es Anarrhinum bellidifolium, y que también se conoce como linaria olorosa, linaria olorosa de flores azules o espuela de Adonis.
Y una curiosidad más. Sinónimo se acicate es estímulo. Pues bien, su origen es similar. Stimulus era el nombre que los romanos daban a la picana o aguja con que azuzaban a los bueyes o mulos para arar la tierra.
- ¿Por dónde va el jabalí? - preguntó el barón, subiendo a su corcel sin apoyarse en el estribo ni desarmar la ballesta. - Por la cañada que se extiende al pie de esas colinas - le respondieron. Sin escuchar la última palabra el impetuoso cazador hundió su acicate de oro en el ijar del caballo, que partió al escape.
Creed en Dios (Leyendas) Gustavo Adolfo Bécquer
