No hay mozo en todo el lugar que no sea su pariente, ni vieja rezadera que no sea su conocida; en todas la iglesias tiene devociones, o por huir del marido, o por visitar comadres; si es pobre el marido, se anda quejando dél; si es rico, a pocas vueltas le deja como el invierno a la cornicabra, con solo el fruto en la frente.
Vicente Espinel
Al contrario que su pariente el lentisco, la cornicabra (Pistacia terebinthus) pierde todas sus hojas quedando en invierno un arbusto mondo y lirondo en el que destacan esas formaciones retorcidas que por su parecido a los cuernos de las cabras le dan nombre.
Estos cuernos no son otra cosa que agallas producidas como reacción a la puesta de un pulgón, Baizonga pistaciae, y que como vemos no solo sirven para nombrar y reconocer la planta, sino también para referenciar al hombre "adornado":
Tu marido y el mío
van por retama
quiera Dios que no carguen
de cornicabra