¿quién te trajo al arrabal?
Gontrán Ellauri Obligado
Igual que se pregunta el tanguista (por cierto, ¡vaya nombrecito!) podríamos preguntarle nosotros a esta oxalis articulata quién la trajo a la sierra, pues como ocurre con otras que hemos visto en el blog no es una planta autóctona sino que tiene su origen lejos, concretamente en ese rincón de Sudamérica donde se juntan Brasil, Uruguay y Argentina. Yo le he preguntado a internet y he obtenido la misma respuesta que si le hubiese preguntado a la flor. Lo más probable es que como en otras muchas ocasiones, y como dice mi amiga Montse, la planta fuese traída con intenciones ornamentales y acabase escapando y asilvestrándose.
Igual que ocurría con su pariente africana este vinagrillo rosado rara vez fructifica, y cuando lo hace las semillas suelen ser estériles de modo que su propagación es vegetativa, y me imagino que no tan exitosa como la de la vinagrera pues mientras que es raro salir, no ya al campo, sino casi a la calle, y no toparte con vinagreras, estos macachines son raros de ver, al menos por la sierra.
De hecho en el sistema de información de las plantas de España, que como ya he dicho uso a menudo como referencia, no aparece entre la flora del parque natural. Pero yo aseguro que la he visto (ya se que lo mismo dicen quienes juran haber visto al Yeti o al monstruo del lago Ness) y que estas fotos están hechas cerca de Galaroza.
Para ir acabando con el macachín resaltar que se trata de una flor muy musical. A parte del tango con el que abro y que podéis escuchar en la voz de Carlos Gardel, me he encontrado que es una de las flores argentinas del compositor Carlos Guastavino (el mismo que puso música a la paloma de Alberti) sobre un texto de León Benarós. Y tengo para mí que otra de esas flores, la titulada el vinagrillo morado, también es el macachín. Y me voy ya con la música a otra parte.
Las flores del macachín
son estrellitas rosadas
estrellas de cinco puntas
en el trébol descansadas
León Benarós
Las flores del macachín
son estrellitas rosadas
estrellas de cinco puntas
en el trébol descansadas
León Benarós