25 de abril de 2023

Espuelillas

Y se tendió, desnuda como una diosa de mármol tibio, delante de su hermano, mientras derramaba por el cuerpo el ramo de espuelillas, que ponían gritos azules en el rostro, en la cabellera de trigo maduro, los pechos breves y agresivos, en el vientre, alrededor del ombligo, en el vello rubio y rizado, en los muslos ya casi abiertos.
                                                                                        La mitad de una mariposa
                                                                                        Jaime Campmany


Estas espuelillas , por nombre científico Chaenorhinum villosum, también se denomina gran pamplina o espuela de España, apellido que podía restringirse más pues si vemos su mapa de distribución la podemos encontrar casi exclusivamente en Andalucía, la oriental sobre todo, y registros esporádicos por el resto de España (es curioso, pero no está referenciada  en Portugal) y en el norte de Marruecos


Lo de villosum está claro de dónde viene. Chaenorhinum quiere decir nariz abierta, supongo que por la forma de la flor. Habitualmente la encontramos creciendo en grietas de muros y paredes



11 de abril de 2023

Agallas de eucalipto

Vibra la hora de mayo, ardiente y clara como un sol por dentro. En la paz brillante, se oye el hervor de la olla que cuece en el campo, la brama de la dehesa de los Caballos, la alegría del viento del mar en la maraña de los eucaliptos.

                                                                                           Platero y yo                                                                                                                                                               Juan Ramón Jiménez


Cuando vi estas formaciones rojizas en los nervios de las hojas del eucalipto y en sus peciolos pensé que podrían tratarse de agallas. Y efectivamente los son, y las provoca una avispilla conocida como Leptocybe invasa originaria, como el eucalipto, de Australia.


Lo que me ha sorprendido es enterarme que esta especie no era conocida en Australia, posiblemente porque allí existan predadores que impidan su excesivo desarrollo. Y en efecto existen otras avispas que parasitan las larvas de la primera alimentándose de ellas, y que se ve que inicialmente no viajaron fuera de Australia, escapando de ese modo la Leptocybe invasa a su control.


Las hojas afectadas se deforman y caen de manera temprana del árbol. Inicialmente verdes, las agallas se tornan rojizas al madurar y cuando el insecto adulto (siempre hembras) ha salido se puede apreciar en ellas una pequeña perforación.