18 de febrero de 2015

Hierba de las escobas

Esta Juana Dientes, confesando ante el tribunal, manifestó, entre otras cosa, que su maestra Mari Gómez le dijo antaño "que tomase una escoba de cabezuela con que barren, e que tomase esta declarante sus vestidos e se los pusiese; e primero que pusiese los vestidos en la escoba, que barriese la puerta de un palaglio hacia el patio e dixese: Fuera hecho; meto dentro"
                                                                   
                                                                                         Burla burlando
                                                                                         Rodríguez Marín 



En general el nombre científico de una planta hace referencia a algunas características de la misma como pueden ser el color, tamaño, hábitat, lugar de procedencia, usos... Otras veces honran la memoria de alguien. En el caso de la planta que nos ocupa hoy la cosa parece un juego, un trabalenguas: Mantisalca salmantica. Y algo de eso hay.


Hasta el siglo XIX era denominada Centaurea salmantica, mas el botánico francés Alexandre Henry Gabriel de Cassini decidió sacarla de las centaureas, y para darle otro nombre recurrió a un pasatiempo: un anagrama, y así barajó las sílabas de salmantica y de las distintas combinaciones se quedó con mantisalca (por lo que he leído no es la única vez que este buen señor recurrió a este peculiar método de bautizar).


Aunque recibe muchos nombres (cabezuelas, alcabota, pan de pastor, escobonera...) tal vez el más popular sea el de hierba de las escobas o escobas de cabezuela que es como se denomina a las escobas que se fabricaban con sus tallos desecados y atados en manojos con cuerdas y alambre, tan útiles en las tareas agrícolas.


4 de febrero de 2015

Hierba de San Roberto

Se habían marchado. Lo habían dejado solo con el azul, que tan mal armonizaba con el rojo del fuego. El azul del cielo nocturno, el azul de las flores de la hierba de san Roberto, el azul de los labios de los ahogados, el azul del corazón de una llama ardiendo demasiado caliente.
                                                                                                Muerte de tinta
                                                                                                Cornelia Funke


Yo no es que sea daltónico, pero si es verdad que hay colores que soy incapaz de precisar qué son, pero desde luego nunca hubiese dicho que la hierba de san Roberto (geranium robertianum) tiene flores azules. Hubiese dicho lila o todo lo más malva, pero no azul. La duda que me entra es si la disparidad con el texto radica en la percepción de los colores entre Cornelia Funke y un servidor, en el traductor o que en Alemania   se conoce como hierba de san Roberto a una planta distinta.


En algún lugar he leído que debe su nombre a que fue san Roberto el que describió sus virtudes medicinales entre las que se citan sus efectos astringentes, antirreumáticas, antiinflamatorias, hipoglucemiantes...No se si san Roberto, a parte de llevar a cabo la reforma cisterciense dispuso de tiempo para dedicarse a  la botánica o no, pero parece ser que el  nombre de esta planta tiene su origen en un error y no en una dedicatoria.


Las hojas del geranio de san Roberto toman con mucha frecuencia tonos rojizos, de ahí que en la edad media fuese conocida como hierba rubea o ruberta (del latín ruber, rojo). De ahí a Roberto hay solo un paso (o un traspiés).