Sentí el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa, calentándome el corazón, como si ella también sudara. Era un retrato viejo, carcomido en los bordes; pero fue el único que conocí de ella. Me lo había encontrado en el armario de la cocina, dentro de una cazuela llena de hierbas: hojas de toronjil, flores de Castilla, ramas de ruda.
Pedro PáramoJuan Rulfo
Las hojas de la Melissa officinalis desprenden un olor a limón, de ahí que sea comúnmente conocida como toronjil, y también como cidronela o limonera. Melissa es como denominaban en la antigua Grecia a las abejas productoras de miel lo que nos da una idea de cuánto gustan las abejas de su flor y ya sabemos que officinalis nos indica que era planta usada en las oficinas de farmacia. Veremos en qué:
De regreso a mi casa, mi tía Teresa continuaba llorando. Mi madre le había dado dos tilas y un vasito de agua del Carmen, pero no le habían hecho ningún efecto.
Dime quién soy
Julia Navarro
De regreso a mi casa, mi tía Teresa continuaba llorando. Mi madre le había dado dos tilas y un vasito de agua del Carmen, pero no le habían hecho ningún efecto.
Dime quién soy
Julia Navarro
La conocida agua del Carmen, que recibe ese nombre porque según la tradición fueron los monjes carmelitas sus inventores, esta compuesta principalmente de toronjil, tanto es así que también se llama agua de toronjil, y se usa para afecciones nerviosas, y se utiliza por vía oral aunque en el romance de Bernal Francés al amante (que al final no lo es) lo bañan:
Le ha cogido de la mano
y le ha entrado al camarín;
sentóle en silla de plata
con respaldo de marfil;
bañóle todo su cuerpo
con agua de toronjil;
hízole cama de rosa,
cabecera de alhelí
Se ha usado también como antiespasmódico, para el insomnio, la dispepsia, los dolores de cabeza, los menstruales,...y como no para superar la frigidez y para elaborar filtros de amor que deben tomarse lunes y viernes las mujeres, y martes y viernes los hombres.
El adiós hoy a cargo de Lorca, en carta a Alberti:
Querido primo: Ayer tarde hubo aquí una gran tormenta. Dime, por favor, si también la hubo ahí. Trabajo, entregado a la poesía, que hiere y me manda.
¡Adiós!
¡Al molino del amor,
por el toronjil en flor!
¡Adiooós!
Abrazos,
Federico
¿Cuándo vienes a Granada?
2 comentarios:
Me encanta el toronjil. Besitos.
Las plantas,esas grande craciones de la evolución
Un fuerte abrazo
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