En contra de lo que el texto de encabezamiento sugiere los coprinos, entre los que se incluye este coprino blanco y negro por nombre científico Coprinus picaceus, no son venenosos. Si es verdad que la mayoría de ellos cuando se consumen junto con alcohol (o incluso 3 días antes o después) pueden provocar reacciones muy desagradables: sudoración, enrojecimiento piel, taquicardia, nauseas, vómitos, dolor de cabeza...
Otra característica de los coprinos es la delicuescencia: el sombrero una vez llegado a la madurez se convierte en una masa liquida oscura que recuerda a la tinta.
Los coprinos crecen sobre estiércol principalmente, de ahí el nombre, del griego Kopros, excremento.