16 de febrero de 2021

Almorta silvestre

Corrió un aire fresco por las estancias, disipando embrujos y sortilegios. Claras cortinas alegraron los salones, en tanto que dos soberbios alazanes, traídos por un caballerizo de librea, se instalaron en las cuadras que volvían a oler a heno, avena y almorta.                                                                                                                                                                             El siglo de las luces.                                                                                                                                                 Alejo Carpentier

Son varias las plantas pertenecientes al género Lathyrus que reciben el nombre común de almorta. La que presento hoy es la Lathyrus cicera, fácilmente reconocible por sus flores de un color rojo intenso. Además de como almorta (con diversos calificativos como silvestre, de campo, salvaje...) también es conocida como guija, galgana y muchos más nombres.

Lathyrus procede del latín y significa guisante, y podría darnos pie para hablar de una enfermedad ya afortunadamente olvidada, el latirismo, pero lo dejaremos para otro día. Nos centraremos hoy en el apellido, cicera, pero antes unas palabras sobre el cómo se ponían los nombres de las personas en la antigua Roma.

Los ciudadanos romanos tenían por lo común tres nombres (César por ejemplo era Cayo Julio César, y aquel al que le dijo "tu también Bruto" mientras era asesinado era Marco Junio Bruto). El primero, denominado prenombre, se imponía al noveno día del nacimiento y era elegido entre una corta lista. Oficialmente las mujeres no tenían prenombre, ni tampoco los esclavos. El segundo, el nombre propiamente dicho, sí lo tenía todo el mundo y los había por miles. Y por ultimo el tercero, cognomen, que fue en su origen algo individual, un apodo que con el tiempo se convirtió en hereditario.

El término cicer en latín hacía referencia preferentemente a los garbanzos, pero también en ocasiones a los guisantes. Parece ser que el abuelo de uno de los más grandes oradores romanos tenía un grano en la nariz del tamaño no sabemos si de un guisante o de un garbanzo, pero el caso es que esto fue motivo de que se le apodase Cicerón, apodo que pasó a la familia y nombre con el que nuestro hombre, Marco Tulio Cicerón, ha pasado a la historia. Muchos siglos después los guías turísticos, por la soltura de palabra de la que suelen hacer gala empezaron a ser conocidos como cicerones.



2 de febrero de 2021

Mosquera

 Clamaban por agua todas sus cárcavas. Todas las grietas de su costra ulcerosa pedían una onda que las lubrificase. Bajo el tórrido azul inexorable, esos arenales pedregosos blanqueaban como cubiertos de esqueletos calcinados. La sed consumía hora tras hora esa tierra que años antes habíamos visto moteada siquiera de mosqueras, plantas bajas, inservibles, que ni las asnos salvajes tascaban.

                                                                                                                             Égloga trágica                                                                                                                                               Gonzalo Zaldumbide 

Son muchas las plantas que reciben el nombre de mosquera, por lo que abrigo pocas dudas de que  la que aparece en el texto de  encabezamiento no es la Scilla hyacinthoides a la que esta entrada hace referencia. 

Por aquí la planta no parece ser muy frecuente (de hecho por la sierra de Aracena sólo la he visto en un sitio) y supongo que, caso de estar presente, en el Ecuador natal del autor del texto tampoco  sea muy frecuente pues  su origen hay que situarlo en Oriente Medio

Y si raro es verla por el campo también es difícil encontrar  datos sobre ella de manera que desconozco si tiene alguna  utilidad o de dónde viene su nombre, si quiere decir que es perjudicial como dicen algunos o tiene alguna relación con aquella ninfa transformada en monstruo marino y que habitaba uno de los lados del estrecho de Mesina