26 de junio de 2018

Botón azul

                                    ¡Qué bien estás,Señor, alrededor de cada pueblo!
                                    Tu, ¡que bien!, ¡y qué bien yo, si una tarde nos une
                                    con rojas arenarias y botones azules,
                                    y una yunta, y un perro que ladra, y algún pájaro!

                                                                    Cansado de palabras (de El descampado)
                                                                    Luis Felipe Vivanco



Ya he comentado en alguna ocasión que, sin que podamos decir que sea daltónico, con los colores me lió un poco sobre todo con algunas gamas como la de los azules, violetas, lilas, morados y demás. Visto así tal vez sea una suerte que no seamos capaces de apreciar otras franjas del espectro luminoso como el ultravioleta, aunque también puede ser que me esté, nos estemos, perdiendo cosas maravillosas.


Toda esta introducción viene porque me he enterado que los insectos si captan el ultravioleta, y que el ultravioleta es uno de los elementos de atracción que usan algunas flores para hacer que los insectos se acerquen y contribuyan a la polinización. Y una de estas plantas es la Jasione montana, el botón azul.


Viéndola creo que sobran las palabras que intenten explicar su nombre popular. Lo de montana viene de monte, por su hábitat. Lo que no se sabe es el origen de Jasione. Algunos quieren ver un homenaje a Jasón, el de los argonautas. Y ya que hace poco vino por aquí la escabiosa, comentar que  en Inglaterra es conocida como sheep's bit scabious, algo así como escabiosa bocado de ovejas  por su parecido con aquella.



12 de junio de 2018

Apio caballar

Del reino animal no se dejó ver tampoco ninguna muestra, y del vegetal solo descubrieron unos matojos verdes de plantitas frescas y talludas, de la familia de las umbiliferas. Por sus sabor eran semejantes al apio caballar de nuestros climas
                                                    La vuelta al mundo en la "Numancia" (Episodios nacionales IV)
                                                    Benito Pérez Galdós


El apio caballar (Smyrnium olusatrum) me ha llevado a enterarme, entre otras cosas, de la relación de Leonardo da Vinci con las servilletas y de que Ludovico Sforza tenía por costumbre atar conejos en las sillas de sus invitados a comer para que se limpiasen las manos en ellos. ¿Qué tiene esto que ver con el apio caballar? Nada, pero son las cosas que tiene internet.


Dicen que su sabor se encuentra entre el del apio y el del perejil, y que antiguamente su uso estaba muy extendido usándose tallos y hojas tanto en ensalada como cocidos, siendo habitual su cultivo. Como otras plantas que en épocas no tan remotas han tenido una utilidad no es raro encontrarlo en la proximidad de las poblaciones.


El olor de sus semillas recuerda a la mirra, de ahí su nombre latino, haciendo referencia a su color negro el apellido olusatrum. Al perecer en Grecia era conocido como hipposelinum, que podría traducirse como perejil de caballo, no porque lo comiesen estos según he leído sino en referencia al tamaño que puede alcanzar.


Y pese a las vueltas que he dado,  tantas como para pasar por la mesa de Ludovico Sforza, no he conseguido enterarme de por qué le llaman perejil macedónico. Eso sí, me he enterado que apio viene de abeja: apis.