¿sabes tú lo que, entonces, significaba un cacho de pan? Pues un tesoro. La mayoría de aquellos chicos no lo podía comer todos los días, y muchos de ellos muy pocos días. Y otra cosa no habría en mi casa, pero sí pan. Así que ellos sabían muy bien que, si hacían lo que yo les decía, tenían un cacho de pan, y un cacho de pan, entonces, aunque fuese sólo untado con aceite y un poco de sal o vuelto colorado con un tomate o comido con unas acederas mismamente, que yo no sé si sabéis ya lo que son acederas, que se encuentran en cualquier cuneta en el pueblo, o con unos berros, y no te digo nada si untabas un poco de tocino, era un tesoro.
El empleo (en El grano de maíz rojo)
José Jiménez Lozano
Como suele ocurrir son varias las plantas que reciben el nombre de acedera, y no es raro que se le añada un apellido: de pared, de conejo, redonda, romana, de pajarillo.... Si no me equivoco mucho las fotos corresponden a la Rumex induratus, y como bien dice Jiménez Lozano se encuentran por cualquier cuneta.
Aunque comestibles las hojas son agrías al paladar, de ahí el nombre y la conveniencia de al hervirlas no aprovechar el agua de la cocción en dónde va a quedar la mayor parte del oxalato potásico que le confiere la acidez. Yo no las he comido nunca, al menos siendo consciente de ello, pero se ve que en tiempos fueron bastante populares. Ángel Muro en su El practicón de 1894 dice: las acederas son de las legumbres verdes la más fina y la que con más frecuencia se sirve en las buenas mesas y, en el libro de cocina que posiblemente más gente tenemos en nuestra casa, las 1080 recetas de Simone Ortega, aparecen dos recetas cuyo ingrediente principal son las acederas.
Aparte de sus usos culinarios ha sido empleada, majando las hojas junto a otros ingredientes, en forma de emplasto para curar llagas y en algunas partes de Extremadura para la gonorrea. El liquido de su cocimiento, en enjuagues, se ha utilizado para mitigar los dolores de muelas. No sabemos si esta u otra acedera era usada como laxante, conociéndose por su lentitud en hacer dicho efecto como hierba de la paciencia.
Y un uso que puede resultar curioso en estos tiempos en que cualquier error lo arreglamos con "control Z" : eliminar manchas de tinta en un escrito. Lo he encontrado en un libro del siglo XIX, el Manual del escribiente cuyo autor, Romualdo Paronce, nos dice en el capítulo titulado De las manchas en los escritos:
Cuando se quiere hacer desaparecer un borrón o alguna palabra escrita ya, se chupa toda la tinta que buenamente se puede, se deja secar, y luego se raspa con un cortaplumas o navaja [ ] pero si el papel en que se escribe o copia es muy interesante, no debe apelarse a este procedimiento mecánico; vale más usar el siguiente.
Tómese aceite de vitriolo, o agua fuerte, o ácido oxálico, o espíritu de sal o sal de acederas y disuélvase cualquiera de estos cuerpos en agua pura; pásese ligeramente sobre la mancha un pincelito mojado en la disolución, y al cabo de un rato lávese bien con agua sola.
Esta sal de acedera no es otra cosa que el oxalato potásico que se obtenía a partir del zumo de la planta.
En algunas de las fotos de hoy se pueden ver aquellas arañas rojas que no son arañas y que ya vimos sobre un cardo cuco
3 comentarios:
Interesante Joaquín, me ha encantado. Saludos.
Tienes razón, por mi pueblo le llaman acedera a otra planta bien distinta.
Un abrazo,
No las conocia, pero son bonitas.
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