7 de enero de 2015

Carquesa

El camino abandona el valle y, apoyándose en una ladera desnuda, va trepando hacia el desierto cruzando colinas rojas, cubiertas de carquesas y urces
                                                                              
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                                                                                       Juan Benet



Es probable que el principal uso que haya tenido la carquesa o carquexia, genista tridentata, haya sido el de hierba forrajera y de ahí apelativos como el de engordatoro o torogordo, pero parece que conoció épocas de gran popularidad.


Fray Martín Sarmiento fue un erudito benedictino que vivió entre 1695 y 1772 y como buen ilustrado sus intereses no se limitaron a la teología y entre sus obras podemos encontrar libros que hablan de la necesidad de buenos caminos en España, o de la migración de los atunes y la pesca de almadraba, sobre la decoración del palacio real (de cuyo proyecto estuvo encargado), estudios etimológicos, obras en defensa de su amigo y hermano en la orden benedictina el padre Feijoo, y por supuesto de botánica, y entre ellos un librito titulado Disertación sobre las virtudes maravillosas y usos de la planta llamada carquexia.


En las notas introductorias el editor nos adelanta las virtudes de esta planta: La utilidad de esta yerba se halla  experimentada por el alivio de varias enfermedades y dolencias que se han curado con su uso, de que se manifiestan algunos casos particulares para que los averigue el que guste comprobarlos. Es eficaz para curar rehumatismo: alivia los dolores de la gota y ceatica; extirpa los vultos y abscesos rebeldes: cura los lamparones, carbunclos, scirros y aun el cancer: bebida como el te purifica la sangre, y expele los malos humores, destruyendo hasta su causa: hace en las caídas ó golpes mejores efectos que la canchalagua: cura los Paralíticos de algun miembro, ó de todo el cuerpo, bañando la parte afecta en su cocimiento: es prodigiosa para los que padecen mal de orina, tercianas y quartanas: cura toda obstruccion, aun la que causa inapetencia y hastio: y sirve para otros muchos males. 


Al pedirle el confesor de Fernado VI a Fray Martín tanto la planta como la obra, al no contar con ninguna copia de ésta última, decide escribirla de  nuevo, y en esta  edición comenta el éxito tanto del escrito como de la medicina, circunstancia esta  que  no es de extrañar, porque, dados los beneficios que le atribuyen, ¿quién no querría contar con una carquexia en su botiquín? Corrieron y corren muchas copias de aquel pliego mio original, y en virtud de ellas cada dia tengo noticias gustosas de los buenos efectos que hace la carqueixa; la qual ya es muy conocida y buscada en Madrid y en otras partes. Para los curiosos diré que lo que al confesor del rey le ocurría es que estaba impedido y precisaba usar muletas. ¿Qué tal le fue la carquesa? Habla fray Martín Sarmiento: Dí a su Ilustrisima hojas y flor: tomó quatro baños de aquella, y bebió ocho veces el cocimiento de ésta, y con solo esta, arrojó la muleta y empezó á manejarse con agilidad y prontitud.


El buen fraile ilustrado se ve que no vino por la sierra de Aracena de modo que no pudo enterarse de que además de para todo lo que el apuntaba también su usaba para aumentar la leche de las madres.


Apuntar una cosa por último. Es bastante común desesperarse con los tojos y genistas, con sus flores amarillas nos parecen todos iguales. La carquesa es fácil de reconocer por lo aplanado de sus ramas y la presencia de tres espinas en las articulaciones de las mismas.



4 comentarios:

José Miguel Ridao dijo...

En Alájar suelen recoger esta planta para encender las chimeneas por su alto poder calorífico. Un saludo, Joaquín.

joaquín dijo...

No lo sabía José Miguel. La próxima vez que encienda la mía haré la prueba a ver que tal va

Miguel García dijo...

De ahora en adelante prestaré atención al detalle de las ramas aplanadas para diferenciarla de otras muy parecidas.
Un abrazo,

felícitas dijo...

Mi tía se curó del Reuma con Carquesa " Carqueixa " le dicen en El Bierzo Alto. Decía que solo de ir a recoger las flores, cuando volvía para casa , ya no le dolían las manos...!!!
Lástima que no la podamos encontrar en los herbolarios!!!
Ojalá podamos tener el placer de ir a recogerla a ALAJAR, y no para quemarla precisamente...!!!

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