26 de marzo de 2011

Violeta (2)

El primer amor huele a madreselvas, a flor de habas, a yerba con luna, a margaritas de arroyo, a molino de agua, a cera virgen, a junco, a violetas blancas, a manos en el agua, a prado con escarcha, a alba, a trigo nacido entre la sombra...
                                                                                       Juan Ramón Jiménez
                                                                                       Balada del primer amor

No es la que vimos en la entrada anterior la única relación de las violetas con los muertos.


Cayó el semen de Zeus en la tierra, naciendo de este modo un ser hermafrodita: Agdistis. Agdistis fue castrado y de la sangre derramada nació un granado, cuyo fruto puso en su seno Nana, hija del rey Sangario, quedando embarazada. Tal fue el origen de Atis que a instancias de Sangario fue abandonado por su madre.


Recogido por unos caminantes Atis llegó a convertirse en un apuesto mozo que se prometió a una hija del rey Midas. Sin embargo Agdistis estaba encaprichada/o con el hermoso joven, y para evitar el matrimonio le hace perder la razón. En su locura Atis se castra y muere. Su prometida, desesperada, se suicida. De la sangre de ambos surgieron violetas.


Liosillas y escabrosas  las relaciones de estos dioses griegos. Más complicada que la identificación de algunas plantas. No me atrevo a darle nombre a estas violetas blancas, no descartando que se traten también de viola odorata, pues he leído que son comunes las formas blancas. 

6 comentarios:

Elvira dijo...

Precioso el texto de Juan Ramón.

Si yo pude identificar la violeta blanca que puse en el blog fue porque había un letrero por allí cerca, jaja! Que si no...

Pues menudos líos se traían los dioses, desde luego.

Saludos

jose antonio jimenez dijo...

hola joaquin, soy jose antonio, de flora de merida.tienes razon,compartimos intereses y territorialmente somos cercanos, aunque reconozco que tu sierra es mucha sierra ( la conozco ).un saludo

joaquín dijo...

Hola Elvira. Tu violeta blanca fue una de las que ví en mis intentos de ponerles nombre científico a las mias, empeño del que acabé desistiendo.
Bienvenido Jose Antonio. Tampoco es manca tu tierra

Manolo Canto dijo...

Hola Joaquín, gracias por tu comentario en mi blog; he estado mirando este tuyo y me parece interesantísmo y muy original con la unión de la poesía y la naturaleza; en definitiva ambas siempre han estado muy juntas. Me gusta la nitidez y la definición de las fotos que nos muestras, son excelente. Saludos desde la Sierra de Cádiz.

José Manuel Gavilán dijo...

Hola Joaquín. Bonitas fotos y curiosa historia de los dioses griegos. Buen trabajo y un saludo cordial desde Doña Mencía.

Jesús Dorda dijo...

Creo que se ha perdido un comentario que hice en tu entrada anterior sobre las violetas. Puede que se me pasase poner la palabra de seguridad.
Comentaba mi admiración por estas pequeñas flores que tan bien huelen, son bonitas y hasta se comen. ¿Se puede pedir más?

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