23 de febrero de 2016

Boletus, Tentullo

Pidió una copa de merlot de Doro Princic, y se puso a hojear la guía de viajes al tiempo que se tomaba un plato de pasta con boletus frescos
                                                                           Veit Heinichen
                                                                           Sobre gustos no hay nada escrito



La seta que traigo hoy es de las pocas que cuando he visto me ha ofrecido pocas dudas. De inmediato he dicho: un boletus, o tentullo como se conoce por estos lares. Lo que ya no me atrevo mucho es con el apellido ¿edulis? ¿aereus?Tampoco me preocupa mucho lo del apellido pues he leído que hay expertos que opinan que no existen diferencias entre algunas  especies.


Y además todas estas especies tan similares no sólo son comestibles sino que se suele calificar su sabor como excelente.  En la guía que suelo consultar (guía de los hongos y setas de España y Europa. Ewald Gerhardt. Eiciones Omega) tan solo aparecen tres como tóxicos y son fácilmente identificables: el boletus de Satanás que tiene un sombrero de color blanco sucio, el boletus de lobo cuyo sombrero tiene una cubierta rosa separable sobre fondo rojo intenso y el boletus pie rojo amargo que además del pie rojizo tiene también el sombreo blanquecino.


Podía pues haberme atrevido a cojerlos. He de reconocer que me gustan mucho y tenían un buen bocado. Pero no soy tan osado y ademas prefiero verlos así. Me identifico más con esos letreros que he visto por algunos lugares: deja sólo tus huellas; llévate sólo tus fotos.


 - ¿Y esta otra, abuelo?
- También es mala. Tírala
Fan no encuentra una sola seta comestible; todas son venenosas. Por fin, se topa con un boletus.
- ¿Y esta, abuelo?
- Esa sí. ¡Qué hermosa! Ya tenemos merienda

                                                                  El cuento de nunca acabar
                                                                 Juan Kruz Igerabide
                                                                 

9 de febrero de 2016

Marrubio rojo

Hacía lejías para enrubiar, de sarmientos, de carrasca, de centeno, de marrubios, con salitre, con alumbre y  milifolia y otras diversas cosas.
                                                                                                            LaCelestina
                                                                                                            Fernando de Rojas



La hispanolona no es aunque su nombre pudiese sugerirlo ninguna sustancia  dopante que hayan encontrado en muestras de sangre u orina de los jugadores de la selección española de balonmano, a los que ahora les ha dado a los periodistas por llamar, dándole mucho énfasis al pronunciarlo, ¡hispanos! Es un principio que se encuentra entre otras en nuestra planta de hoy, el marrubio rojo (ballota hirsuta), y con la que científicos del instituto Carlos III trabajan intentando confirmar sus efectos beneficiosos en el crecimiento de algunos tumores.


Como suele ocurrir antes de que a estos científicos les diese por investigar, ya era usado en remedios populares para combatir entre otras cosas la fiebre o la anorexia, o para facilitar la expectoración en la bronquitis crónica.


Por sus flores de un color purpura rojizo con franjas longitudinales blanquecinas es  llamada en algunos lugares flor rubí. Respecto a su etimología no he encontrado nada fiable. Lo de hirsuto está claro que debe hacer referencia al aspecto áspero de sus hojas, pero ninguna pista respecto a ballota ni a marrubio (no creo que tenga que ver con rubrum, pues el marrubio vulgar no tiene ninguna parte rojiza).