20 de octubre de 2015

Coronilla

Aparejos para baños, esto es una maravilla de las yerbas y raíces que tenía en el techo de su casa colgadas: manzanilla y romero, malvaviscos, culantrillo, coronillas, flor de saúco y de mostaza, espliego y laurel blanco...

                                                                                      La Celestina
                                                                                      Fernando de Rojas



Hay ocasiones en que contrasta la escasa información que encuentro de una planta con la frecuencia con que me la tropiezo en mis paseos, y es lo que ocurre con la coronilla glauca. Aunque esto segundo puede tener una explicación.


Por su floración prolongada, por lo llamativo de sus flores y por su follaje siempre verde es una planta que ha sido usada como ornamental. Por dónde más coronillas he visto es por los alrededores de la peña de Alájar, lugar en el que el hombre ha metido mucho la mano, de modo que sospecho que la abundancia de coronillas, sobre todo en su acceso principal, no sea del todo espontáneo.


El nombre supongo que deriva del como se disponen las flores formando pequeñas coronas de entre cuatro y diez elementos, y en cuanto a sus usos no he hallado nada de interés, ni siquiera para el baño (aunque quién sabe si la coronilla de la Celestina es esta misma que nos ocupa).


El nombre vulgar más común  parece que no es el de coronilla sino el de coletuy, siendo también conocida como ruda inglesa, lentejuelas o ramitos de oro.


13 de octubre de 2015

Aleluyas

Luego bajamos la escalera hasta la acera, donde unas diminutas aleluyas amarillas brotaban entre las grietas.
                                                                                             Heridas abiertas
                                                                                             Gillian Flynn


Después de la flor del sueño y del macachín viene por el blog una tercera oxalis, en esta ocasión la corniculata, que recibe este apelativo por la forma de sus semillas que recuerdan un cuernecillo, y que comparte algunas características con las anteriores.


En primer lugar se trata también de una planta alóctona, en este caso de procedencia desconocida aunque se piensa que llegó a Europa desde Asia u Oceanía posiblemente antes del descubrimiento de América de dónde procede el macachín. La flor del sueño vino desde África.


La segunda de las características es la que da origen al nombre del grupo y es su contenido en ácido oxálico, que le confiere su sabor agrío o amargo. Y aunque en algunos sitios podemos encontrar recomendaciones sobre su uso en distintas patologías, hay que recordar que el ácido oxálico puede ser tóxico dando lugar a problemas por sus efectos sobre el calcio en la sangre, por lo que no hay que usarlas alegremente.


Tal como queda reflejado en el texto es frecuente encontrar estas aleluyas por las calles de nuestros pueblos, en las grietas del suelo o en los resquicios que quedan entre las paredes y el suelo. En cuanto al nombre común no se con certeza de dónde viene, pero  creo que no es difícil adivinar. Aleluya, en su origen hebreo alabad a Dios, tiene varias acepciones en castellano. Me quedo con tres de ellas: interjección que denota júbilo, noticia que alegra y en algunas locuciones alegría. Con su vivo color amarillo estas florecillas ponen una nota de alegría en nuestras calles.