24 de julio de 2013

Nueza negra

- ¿Qué sustancia puede haber provocado estos efectos? - pregunto, contemplando el ratón y casi deseando que se agite o se mueva.
- Es difícil de decir. En esta época del año, el tejo y la nueza negra son abundantes, y su veneno fácil de extraer.
                                                                                             La profecía
                                                                                             S. J. Parris



La nueza negra (Tamus communis) es una enredadera que al igual que muchas otras plantas renace de sus raíces cada año. El nombre no procede de nuez sino del latín nodiam-nodus, nudo, en referencia a los que forma al propagarse. Lo de negra, para diferenciarla de la blanca es al parecer  por sus frutos oscuros, los cuales yo siempre he visto rojos.


No es un nombre bonito, pero menos afortunada es una de sus denominaciones en francés: hierba de las mujeres apaleadas, lo que pone en evidencia que el problema de la violencia sobre las mujeres no es cosa de hoy en día. Y es que efectivamente se usaban los brotes tiernos rayados en forma de cataplasma para acelerar la desaparición de moratones y cardenales. Según he podido leer en el libro Alimentos silvestres de Madrid estos mismos tallos tiernos son comestibles y muy apreciados.


Es planta con pie masculino y femenino. Las flores que aparecen en las fotos corresponden al pie masculino. Las del femenino son iguales pero sin los seis estambres.


10 de julio de 2013

Escrofularia

Bilbo y Gandalf estaban sentados en una pequeña habitación de Bolsón Cerrado, frente a una ventana abierta que miraba al oeste sobre el jardín. La tarde era clara y serena. Las flores brillaban, rojas y doradas; escrofularias, girasoles y capuchinas, matizaban el césped, y se asomaban a las ventanas redondas.

                                                                               El señor de los anillos
                                                                               J. R. R. Tolkien




Los antiguos romanos llamaban a la inflamación de las glándulas parótidas scrofulae. En castellano sin embargo la conocemos como paperas, derivado de papo que es como se conoce a la parte abultada situada entre el cuello y la barba, quedando el término escrófula, tan sonoro, para designar a un proceso infeccioso que afecta a los ganglios linfáticos, principalmente del cuello, y producido  generalmente por el bacilo tuberculoso.


En las raíces de la escrofularia se forman unos pequeños tubérculos desiguales que nacen de los nudos de la raíz y que al contrario que la parte aérea de la planta permanecen vivos durante el invierno. La similitud de estos tubérculos con las escrófulas es el origen de su nombre, no sólo el popular, también el científico: scrophularia nodosa.


Similia similibus curantur es un latinajo que traducido viene a decir que lo semejante se cura con lo semejante y ha sido uno de los fundamentos de la medicina popular. De ahí que a la escrofularia se le hayan atribuido propiedades para sanar no sólo las escrófulas, sino también el bocio o las hemorroides. Asi decía en el siglo XVI el médico natural de Siena Pietro Andrea Mattioli: sépase que la escrofularia tiene admirable virtud de resolver las escrófulas e igualmente las hemorroides; para lo cual se colecta la raíz lavada y limpia de tierra, se maja con manteca fresca hasta que queden perfectamente incorporadas, y luego, bien encerrada la masa entro dos catinos o escudillas de barro, se deja en los sótanos húmedos durante quince días seguidos; después se funde la manteca a fuego suave, se cuela y se conserva para untar las partes dañadas y, sobre todo, las hemorroides, cuando sea menester-


Las flores de la escrofularia son muy pequeñitas y recuerdan una boca abierta bostezando