18 de junio de 2014

Pegamoscas

Parece que por esta época ya han pasado las flores delicadas, más primerizas. Están abiertas, por los margenes y barbechos, las corolas escasamente finas de los cardos y pegamoscas. También márgenes y pinares se alegran con innumerables florecitas blancas: las de la jara.

                                                                                  El año en estampas
                                                                                  Mariá Villangómez Llobet



Hay ocasiones en las que desde que fotografío una planta hasta que logro ponerle nombre pasa mucho tiempo. Es lo que me ha ocurrido con esta ononis natrix, a cuya identificación he llegado por una asociación que no se como no se me ocurrió antes: su parecido con la gatuña de la que es evidentemente familia.


A la alegría de identificarla le siguió cierto pesimismo al conocer su nombre común: pegamoscas. ¿Quién iba a haber escrito algo con ese nombre? Más que remitir a una flor de hermoso color dorado, me parece estar viendo aquellas tirillas de papel que colgaban de los techos para atrapar moscas, todo sea dicho con tanta efectividad como poco glamour. Pero, ¡oh sorpresa!, no encontré un texto, encontré dos: 

                                                         El sol de la mañana ilumina mi jardín
                                                         y yo me entretengo mirando las pegamoscas
                                                         que tiene un color amarillo cadmio claro
                                                         y alrededor de las flores veo unas abejas.

                                                                                        Mi jardín
                                                                                        Juan José Torres Núñez



Debe su nombre al hecho de estar cubierta de unos pelos glandulosos que segregan una substancia pegajosa a la que quedan adheridas cosas de poco peso como polvo, trozos de hojarasca, pequeñas semillas... También es conocida como melera, por lo que sospecho que debe ser grata a las abejas, y como hierba culebra aunque no he logrado averiguar el por qué, pese a que debe existir una razón poderosa ya que su apellido científico, natrix, es el de un género de serpientes que incluye entre otras a la culebra de agua.


4 de junio de 2014

Cephalantera longifolia

Varias veces en los años numerosos de su edad lo tuvo todo listo para ir a buscarla sin saber siquiera dónde, sin conocer su apellido, sin saber si era ella la que buscaba, pero seguro de encontrarla en cualquier parte entre florestas de orquídeas. 
                                                   El amor en los tiempos del cólera
                                                   Gabriel García Márquez



La cephalantera longifolia es la primera orquídea que aparee por el blog, y supongo que no será la última dado que esta familia es la más extensa del reino vegetal. No se si será la más común en el parque natural pero sí es la que, al menos hasta ahora, he visto con más frecuencia y en mayor diversidad de lugares.


En contraste con otras flores que poseen gran variedad de nombres vernáculos, las orquídeas suelen ser pobres en denominaciones populares y esta de hoy no es una excepción, aunque he encontrado algunas como pendón blanco u orquídea de hojas largas que no deja de ser en cierto modo una traducción del nombre científico  el cual hace referencia a la forma de cabeza de sus flores (anthos en griego) y a sus hojas largas.


Una de las características de la familia de las orquídeas es el haber desarrollado diversos y en ocasiones sofisticados mecanismos para atraer a los polinizadores. En el caso de la cephalantera no es de los más refinados.  Lo que hace es simular tener polen (mancha amarilla en uno de los pétalos, el labelo) lo que atraería a pequeñas abejas y avispas que de tener el tamaño adecuado frotarían su abdomen con el estigma de la flor recubierto de una substancia pegajosa. El sistema no resulta muy efectivo con bajas tasas de fructificación, por lo que  la supervivencia de esta orquídea depende principalmente de  la propagación vegetativa.


Tendremos ocasión de volver sobre las orquídeas y hablar de más cosas.