22 de julio de 2015

Gallocresta 2

                                               La gallocresta, flor de vigilancia, mira
                                               la rampa del granero, el trigo deslizante, la inclinación del fruto,
                                               también el día en cuesta, cayéndose, la pira
                                               del rastrojo, el viaje mortal del grano enjuto.

                                                                                                          La gallocresta
                                                                                                          Rafael Soto Vergés



Como dije hace unas semanas son dos las plantas que reciben el nombre de gallocresta (posiblemente sean más) y para que no caiga en el olvido traigo hoy la segunda la Bartsia trixago. Bartsia en honor del médico nacido en Konigsberg Johann Bartsch cuya afición a la botánica le llevó a encontrar al muerte en Surinam con apenas 29 años (al parecer la invitación para acudir a la antigua Guayana Holandesa era para Linneo que declinó y se lo propuso a Bartsch; luego Linneo le dedicó el género. Que menos). Trixago del griego trix, cabello, y el sufijo ago, similar a, por estar sus tallos y hojas cubiertos de pelos.


Procuro huir en los comentarios de las cuestiones puramente botánicas, pero en ocasiones es imposible.Ya he comentado  en otro lugar del blog mi sorpresa al descubrir los orobranches, que no cuadraban con la definición de planta que recordaba de mi tierna infancia. Esta gallocresta me brinda otra sorpresa, descubrir que además de plantas parásitas existen otras que son hemiparásitas. La gallocresta tiene clorofila y para obtener energía realiza la fotosíntesis al igual que la mayoría de las plantas. Pero la materia prima para la misma, el agua y los minerales, no la obtiene del suelo, se la roba a otra plantas.


Nuestra gallocresta es una hemiparásita de raíz (las hay también de tallo). Emite unas raíces llamadas haustoriales (que procedente del latín significa que cogen o sacan agua) que penetrando  en las raíces de la planta parasitada saca de ésta el agua y las sales minerales. Al hablar de los orobranches veíamos que el huesped era en general específico de cada especie lo que era muy útil para su identificación. La gallocresta carece de huesped especifico, penetrando sus haustorios en las raíces de aquellas plantas que se encuentran más próximas.


Otra característica curiosa de la gallocresta es el color de sus flores que me ha hecho colocarle tres etiquetas de color (blanca, rosa y amarilla) y conocer dos términos nuevos: concolora  y discolora. Aplicado a una flor concolora es que todos sus pétalos son del mismo color, amarillo en nuestro caso, y discolora que tiene dos colores, para esta bartsia blanco o amarillo-crema el labio inferior y rosado-purpúreo el superior.


No me he puesto a olerla de manera intencionada, pero prometo hacerlo ya que he leído que posee un olor agradable por lo que se usa para fabricar perfumes. Si no he entendido mal de la Bartsia trixago puede obtenerse una sustancia similar al ámbar gris, secreción producida por los cachalotes y usada desde antiguo en perfumería pero que en la actualidad no puede obtenerse al ser los cachalotes especie protegida.


8 de julio de 2015

Gallocresta

Aún quedaba lejos el día de aquella Patrona, ya a las puertas del crudo invierno cuando aún florecía la flor seronda de la gallocresta como una ofrenda a la Virgen de los invidentes que aclaraba la vista de  flequillos, árgemas y musarañas.
                                                                      La sangre de las amapolas
                                                                      Ángel de Anleo



Son al menos dos las plantas  conocidas por gallocresta, aunque ambas como suele suceder tienen otros muchos nombres. El por qué de este apelativo creo que es evidente. Y el por qué se que a la que hace referencia el texto es la salvia verbenaca se debe a la alusión a su uso para aclarar la vista, de hecho uno de los nombres por los que se conoce es el de hierba de santa Lucía o de los ciegos.


Las pequeñas semillas que se forman en el cáliz de la gallocresta son usadas desde la antigüedad para problemas de la vista. El modo de usarla que con más frecuencia he encontrado referido da algo de grima, pues consiste en introducir estas semillas directamente en el lacrimal hasta que éste se hinche. Otros usan el mucílago que producen tras estar en remojo o machacadas con miel.


En cuanto a los problemas de la vista que resolvía no lo sé muy bien. El texto que he escogido habla de flequillos, árgemas y musarañas, y me temo que esta copiado tal cual del libro Las plantas medicinales de Pio Font Quer. Para mi una musaraña era un roedor en el que pensaba mucho de joven (bueno, ahora también) y resulta que es además una especie de nubecilla que se pone delante de los ojos a decir del DRAE. Con las árgemas lo he tenido más complicado pues está en desuso y no aparece en el diccionario. Al final lo encontré en el diccionario de autoridades: nube que se forma en el ojo. Con los flequillos ha sido imposible, lo más aproximado han sido unos fluecos, también en el de autoridades: enfermedad de los ojos causada de un humor sanguíneo extravenado que introducido entre las dos telas uvea y cornea impide la vista.



Sea como fuere, si alguien tiene problemas para ver tan bella flor, antes que usar sus semillas mejor que acuda a un oculista.