27 de diciembre de 2016

Acedera

¿sabes tú lo que, entonces, significaba un cacho de pan? Pues un tesoro. La mayoría de aquellos chicos no lo podía comer todos los días, y muchos de ellos muy pocos días. Y otra cosa no habría en mi casa, pero sí pan. Así que ellos sabían muy bien que, si hacían lo que yo les decía, tenían un cacho de pan, y un cacho de pan, entonces, aunque fuese sólo untado con aceite y un poco de sal o vuelto colorado con un tomate o comido con unas acederas mismamente, que yo no sé si sabéis ya lo que son acederas, que se encuentran en cualquier cuneta en el pueblo, o con unos berros, y no te digo nada si untabas un poco de tocino, era un tesoro.

                                                                                               El empleo (en  El grano de maíz rojo)
                                                                                               José Jiménez Lozano



Como suele ocurrir son varias las plantas que reciben el nombre de acedera, y no es raro que se le añada un apellido: de pared, de conejo, redonda, romana, de pajarillo.... Si no me equivoco mucho las fotos corresponden a la Rumex induratus, y como bien dice Jiménez Lozano se encuentran por cualquier cuneta.


Aunque comestibles las hojas son agrías al paladar, de ahí el nombre y la conveniencia de al hervirlas no aprovechar el agua de la cocción en dónde va a quedar la mayor parte del oxalato potásico que le confiere la acidez. Yo no las he comido nunca, al menos siendo consciente de ello, pero se ve que en tiempos fueron bastante populares. Ángel Muro en su El practicón de 1894 dice: las acederas son de las legumbres verdes la más fina y la que con más frecuencia se sirve en las buenas mesas y, en el libro de cocina que posiblemente más gente tenemos en nuestra casa, las 1080 recetas de Simone Ortega, aparecen dos recetas cuyo ingrediente principal son las acederas.


Aparte de sus usos culinarios ha sido empleada, majando las hojas junto a otros ingredientes, en forma de emplasto para curar llagas y en algunas partes de Extremadura para la gonorrea. El liquido de su cocimiento, en enjuagues, se ha utilizado para mitigar los dolores de muelas. No sabemos si esta u otra acedera era usada como laxante, conociéndose por su lentitud en hacer dicho efecto como hierba de la paciencia.


Y un uso que puede resultar curioso en estos tiempos en que cualquier error lo arreglamos con "control Z" : eliminar manchas de tinta en un escrito. Lo he encontrado en un libro del siglo XIX, el Manual del escribiente cuyo autor, Romualdo Paronce, nos dice en el capítulo titulado De las manchas en los escritos:

Cuando se quiere hacer desaparecer un borrón o alguna palabra escrita ya, se chupa toda la tinta que buenamente se puede, se deja secar, y luego se raspa con un cortaplumas o navaja [    ] pero si el papel en que se escribe o copia es muy interesante, no debe apelarse a este procedimiento mecánico; vale más usar el siguiente.
Tómese aceite de vitriolo, o agua fuerte, o ácido oxálico, o espíritu de sal o sal de acederas y disuélvase cualquiera de estos cuerpos en agua pura; pásese ligeramente sobre la mancha un pincelito mojado en la disolución, y al cabo de un rato lávese bien con agua sola.



Esta sal de acedera no es otra cosa que el oxalato potásico que se obtenía a partir del zumo de la planta.
En algunas de las fotos de hoy se pueden ver aquellas arañas rojas que no son arañas y que ya vimos sobre un cardo cuco


13 de diciembre de 2016

Abrojos

                                                     Los años ¡ay! de la ilusión pasaron;
                                                     las dulces esperanzas que trajeron,
                                                     con sus blancos ensueños se llevaron,
                                                     y el porvenir de oscuridad vistieron;
                                                     las rosas del amor se marchitaron,
                                                     las flores en abrojos convirtieron,
                                                     y de afán tanto y tan soñada gloria
                                                     sólo quedó una tumba, una memoria

                                                                                                Canto a Teresa
                                                                                                José de Espronceda



Hay ocasiones en que, una vez identificada la planta, me llevo enormes sorpresas al realizar una búsqueda en la red para documentarme. Y eso me ha pasado cuando he tecleado en google Tribulus terrestris: ¡más de 2.000.000 de resultados! ¡Por Dios! ¿Qué tiene esta planta? La respuesta a tan exorbitante cifra la encuentro de inmediato al lado  en forma de fotografías, no de la planta sino de unos tarros de esos que podemos ver en los escaparates de centros culturistas o lugares en que venden suplementos para deportistas.



Y una vez que leo un poco más  de lo que me extraño es de que no aparezca por más sitios, farmacias y hospitales principalmente, si  es que hemos de dar crédito a todas las virtudes con las que en estas páginas la adornan. Así se dice de ella que aumenta la masa muscular, que mejora el rendimiento y acelera la recuperación física, que incrementa la libido (esto que nunca falte),  que reduce el estrés, mejora el estado de ánimo, aumenta la producción de leche en las madres lactantes, la producción de espermatozoides ...



Para ver que hay de verdad en todo esto he realizado una búsqueda somera en medline (medline es una base de datos de literatura médica científica, probablemente la más fiable y extensa disponible), hallando una amplia revisión del año 2014 que concluye que podría tener algún efecto sobre la tensión y los lípidos, y consecuentemente sobre la protección cardiovascular, pero que hacen falta más estudios tanto para confirmar esto como el resto de las acciones que se le atribuyen. Un estudio realizado en España no encuentra diferencias con el placebo en cuanto a la mejora de la impotencia, y otro estudio no encuentra que mejore el rendimiento de los atletas. Si he encontrado un estudio que refleja una pequeña mejoría en sintomatología sexual en mujeres postmenopaúsicas, pero tampoco es para echar las campanas al vuelo.


Ya hemos hablado anteriormente de abrojos y claptrops, arma usada por los romanos contra las caballerías y que también era conocida como tríbulo, de donde procede  el nombre de nuestro abrojo de hoy.