29 de diciembre de 2015

Raponchigo

Un hombre y una mujer llevaban años deseando un hijo y por fin Dios les concedió su deseo. Un día, se encontraba la esposa junto a una ventana, mirando el jardín de su vecina, que era una bruja. El jardín, que estaba lleno de flores, plantas y vegetales, estaba rodeado por un alto muro. La esposa, embarazada, contemplaba un lecho de verdes y frescos rapónchigos y llamó a su esposo: "Si no consigo algunos de esos rapónchigos moriré."
Al atardecer, el marido saltó el muro del jardín, arrancó un manojo de rapónchigos y se los llevó a su mujer. Se los comió ávidamente, pero estaban tan sabrosos que su antojo creció. Y ahora quería más rapónchigos que nunca. Su marido trepó de nuevo el muro del jardín.
Pero esta vez la bruja lo estaba esperando.

                                                                                Rapónchigo (o Rapunzel)
                                                                                Jacob y Wilhelm Grimm




La Campanula rapunculus es una planta relativamente abundante, sin embargo es poco lo que he podido encontrar sobre ella. No parece tener muchas virtudes, salvo su indudable belleza, lo cual no es poco.



La raíz,  comestible y según he podido leer ya que no la he probado, de un sabor similar a las nueces, es en su forma similar a un nabo, de ahí que reciba también los nombres de nabiza, nabillo o nabo montesino. También las hojas son comestibles siendo muy usadas en ensalada en algunas regiones de Italia


Si alguien no conoce o no recuerda el cuento de Rapunzel o Raponchigo, puede encontrarlo aquí


15 de diciembre de 2015

Verdolaga

Cuando andaba sin un céntimo, que era lo más frecuente, conseguía que en la fondas del mercado le regalaran las cabezas de gallo que iban a tirar a la basura, y se las llevaba a Nigromanta para que le hiciera sus sopas aumentadas con verdolaga y perfumadas con hierbabuena.

                                                                                 Cien años de soledad
                                                                                 Gabriel García Márquez



La verdolaga, portulaca oleracea, es rica en mucílago, una fibra vegetal soluble y viscosa, no es extraño por tanto que Nigromanta le añadiese verdolagas a la sopa para aumentarlas pues con ellas la sopa quedaría más espesa y llenaría más. Aparte de rica en fibra, es abundante en vitamina C y en ácidos grasos omega 3 y dice  Plinio en su Historia Natural  que es anafrodisíaca y previene de los sueños eróticos, aunque no sabemos si tildar esta supuesta propiedad como positiva o negativa.


Hay referencias a su cultivo en la antigua  Mesopotamia extendiéndose luego a Grecia y Roma, "escapando"  posteriormente de los huertos convirtiéndose en mala hierba. El nombre popular posiblemente provenga del latino portulaca acomodándolo por asociación con el color verde. El latino por su parte hace referencia a los frutos, los cuales presentan una cubierta que al madurar se abre como una puertecilla (portula). Hay como siempre discrepancias, en este caso con explicaciones algo complejas.


Hay quién opina que el término portulaca está emparentado con  los cerdos, la vulva y la  porcelana, y algo debe haber pues en Italia la verdolaga se conoce como porcellana. Veamos por que vericuetos se llega a esto. No os perdáis.

En latín al cerdo se le llamaba porcus,  a la cerda porca  y a la cerdita porcella, término este último con el que también llamaban  a la vulva.¿Y que tienen en común una cerdita y la vulva? Su relación viene a través de un tercero: la concha de un molusco, el cauri, tan apreciado que llegó a usarse como moneda. La forma de la concha del cauri se asemeja a un cerdito por lo que recibió el nombre de porcella, nombrándose del mismo modo los genitales externos femeninos porque vista del revés la concha a lo que se parece es a una vulva (dentada en muchas ocasiones; aquí tal vez deberíamos invocar a Freud, pero nos alargaríamos ya en exceso). Los defensores de esta teoría etimológica dicen que como la verdolaga se usaba entre otras cosas para las hemorragias menstruales recibió el nombre de portulaca, algo así como hierba de la matriz.


Cuando la loza fina que hoy conocemos como porcelana llegó a Italia se pensó que estaba hecha con la concha pulverizada de estos moluscos, por lo que tomó su mismo nombre. Y hasta hoy. Y aunque aún podría, no me extenderé más con la verdolaga

                                                               Verdolaga, no te extiendas,
                                                               arrecógete un poquito,
                                                               que la huerta no es tan grande
                                                               ni el hortelano tan rico                                                                                                                                                              
                                                                                                  Popular



1 de diciembre de 2015

Macrolepiota procera

A la sombra del pino, acunándose en el más suave musgo, brotan el gibelurdín y la galamperna, el robellón y el níscalo, las setas que no quieren mal a nadie. El vagabundo, con el capote sobre las orejas, las arranca, casi con dolor, para entretenerse
                                                                                        Cuaderno del Guadarrama
                                                                                        Camilo José Cela


Me atrevo con otra seta. Una macrolepiota sin lugar a dudas, y si no me equivoco, macrolepiota procera. Recibe diversos nombres como parasol, apagador, nariz de gato, matacandelas, galipierno o galamperna como dice Cela.


Por lo que he podido leer, y ver, se trata de una de las setas de mayor tamaño y de ahí vendría su apelativo latíno, de procer: elevado, alto. En la siguiente foto el erizo de castaña que aparece al pie nos permite hacernos una idea más aproximada del tamaño.


En los ejemplares  jóvenes el sombrero sin abrir asemeja una maza, o cachiporra nombre con el que también se conoce.


Es comestible y según dicen su sabor recuerda a las nueces o las avellanas.


17 de noviembre de 2015

Brezo de las minas

Donde fijáis vuestro pie dobláis hierbas que después procuran reincorporarse con el apocado esfuerzo doloroso de hombrecillos desriñonados; donde llevéis vuestra presencia habrá un sobresalto más o menos perceptible de seres que huyen entre el follaje, de alimañas que se refugian en el tojal, de insectos que se deslizan entre vuestros zapatos, con las prisas de todas sus patitas entorpecidas por los obstáculos de aquella selva virgen que para ellos representan los musgos, las zarzas, los brezos, los helechos. El corazón de la tierra siente sobre sí este hervor y este abrigo, y se regocija.
     
                                                                                                El bosque animado
                                                                                                Wenceslao Fernández Florez



Empiezo confesando que hoy voy a hacer trampa. Eso sí, pequeñita. Cuando hace ya casi cinco años daba inicio a este entretenimiento lo hacía asegurando dos cosas: que todas las fotos eran mías, y que todas estaban hechas dentro de los límites del Parque Natural de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche. Hoy falto a la segunda, pues las fotos están realizadas en Mina Concepción, una de las 14 aldeas de Almonaster la Real parte de cuyo extenso término municipal, aquel que forma parte de la franja pirítica principalmente, no está integrado en el parque.


La  Erica andevalensis , conocida como brezo de las minas, es una especie endémica del área minera de la zona de Huelva y que además se encuentra en peligro de extinción. Si me atrevo a ponerla es porque, aunque en el libro rojo de la flora amenazada de Andalucía no aparece referenciada dentro del Parque Natural, sí que lo hace en un extenso trabajo realizado por miembros del departamento de Biología Ambiental y Salud Pública de la Universidad de Huelva y de la Junta de Andalucía.


Se trata de una planta asociada a lugares con una concentración elevada de metales pesados y en los que el pH suele ser extremadamente bajo, circunstancias a las que el brezo de las minas es muy tolerante. Lo vemos así en zonas de escombreras, en los cauces de los ríos contaminados y en los afloramientos de gossan.


Aparte de por su localización podemos distinguirlo fácilmente de otros brezos con flores rosadas ya que florece entre junio y noviembre en tanto que los otros dos brezos con flores rosas que hemos visto, el brezo rosala mogariza, lo hacen de enero a junio.


3 de noviembre de 2015

Escleroderma

 - No es que mi explicación sea la correcta, pero les aseguro que es plausible. Ningún pájaro monstruoso puso aquel huevo. Ningún reptil inenarrable. No era un huevo.
Nadie dijo nada. El buscador de prodigios se sirvió otra copa de orujo, bebió un buen sorbo y luego rebuscó en su mochila, hasta sacar un pequeño libro que hojeó rápidamente.
 - Otra vez las setas. Era un licoperdon. Un pedo de lobo, para que lo entiendan. O un escleroderma. Se han encontrado algunos verdaderamente descomunales.

                                                                          Buscador de prodigios (Cuentos del reino secreto)
                                                                          José María Merino



Según los entendidos la riqueza micológica de la sierra de Aracena es muy alta. Pese a ello si no recuerdo mal tan sólo en dos o tal vez tres ocasiones he traído un hongo por aquí. Y es que si difícil es identificar una planta lo de los hongos me parece muchas veces cosa inalcanzable.


Hoy me atrevo a traer un escleroderma (o dos, no estoy seguro), género que recibe este nombre de su característica superficie dura. Y si no estoy muy convencido de si las imágenes son de uno o dos esclerodermas, menos aun de cual es, y eso que he consultado varios libros y páginas web. ¿Verrucosum? ¿Pardo? ¿Cepa? ¿Bovista?


La primera vez que lo vi creí que se trataba de una piedra, y es que crecen directamente del suelo sobre una base ancha sin pie, lo que añadido a su forma redondeada y algo aplastada y a su color hacen posible la confusión.


Al igual que vimos al hablar del pedo de lobo cuando madura se rompe su superficie y a través de esta rotura se dispersan las esporas que han madurado en su interior.


Por lo que he leído no sólo carece de valor culinario, sino que es frecuente que acarree problemas digestivos.



20 de octubre de 2015

Coronilla

Aparejos para baños, esto es una maravilla de las yerbas y raíces que tenía en el techo de su casa colgadas: manzanilla y romero, malvaviscos, culantrillo, coronillas, flor de saúco y de mostaza, espliego y laurel blanco...

                                                                                      La Celestina
                                                                                      Fernando de Rojas



Hay ocasiones en que contrasta la escasa información que encuentro de una planta con la frecuencia con que me la tropiezo en mis paseos, y es lo que ocurre con la coronilla glauca. Aunque esto segundo puede tener una explicación.


Por su floración prolongada, por lo llamativo de sus flores y por su follaje siempre verde es una planta que ha sido usada como ornamental. Por dónde más coronillas he visto es por los alrededores de la peña de Alájar, lugar en el que el hombre ha metido mucho la mano, de modo que sospecho que la abundancia de coronillas, sobre todo en su acceso principal, no sea del todo espontáneo.


El nombre supongo que deriva del como se disponen las flores formando pequeñas coronas de entre cuatro y diez elementos, y en cuanto a sus usos no he hallado nada de interés, ni siquiera para el baño (aunque quién sabe si la coronilla de la Celestina es esta misma que nos ocupa).


El nombre vulgar más común  parece que no es el de coronilla sino el de coletuy, siendo también conocida como ruda inglesa, lentejuelas o ramitos de oro.


13 de octubre de 2015

Aleluyas

Luego bajamos la escalera hasta la acera, donde unas diminutas aleluyas amarillas brotaban entre las grietas.
                                                                                             Heridas abiertas
                                                                                             Gillian Flynn


Después de la flor del sueño y del macachín viene por el blog una tercera oxalis, en esta ocasión la corniculata, que recibe este apelativo por la forma de sus semillas que recuerdan un cuernecillo, y que comparte algunas características con las anteriores.


En primer lugar se trata también de una planta alóctona, en este caso de procedencia desconocida aunque se piensa que llegó a Europa desde Asia u Oceanía posiblemente antes del descubrimiento de América de dónde procede el macachín. La flor del sueño vino desde África.


La segunda de las características es la que da origen al nombre del grupo y es su contenido en ácido oxálico, que le confiere su sabor agrío o amargo. Y aunque en algunos sitios podemos encontrar recomendaciones sobre su uso en distintas patologías, hay que recordar que el ácido oxálico puede ser tóxico dando lugar a problemas por sus efectos sobre el calcio en la sangre, por lo que no hay que usarlas alegremente.


Tal como queda reflejado en el texto es frecuente encontrar estas aleluyas por las calles de nuestros pueblos, en las grietas del suelo o en los resquicios que quedan entre las paredes y el suelo. En cuanto al nombre común no se con certeza de dónde viene, pero  creo que no es difícil adivinar. Aleluya, en su origen hebreo alabad a Dios, tiene varias acepciones en castellano. Me quedo con tres de ellas: interjección que denota júbilo, noticia que alegra y en algunas locuciones alegría. Con su vivo color amarillo estas florecillas ponen una nota de alegría en nuestras calles.

29 de septiembre de 2015

Cabellos de Venus, Culantrillo de pozo

                                                       Grutescos y figuras de relieve
                                                       de su artífice nunca pretendidas,
                                                       el agua, que a los mármoles de atreve
                                                       con buril de cristal tiene esculpidas:
                                                       el techo humedecido perlas llueve
                                                       a las que llora el alba, parecidas,
                                                       de cabellos de Venus adornado
                                                       que el agua los crió y los ha peinado.

                                                                                         Fábula de Acteón y Diana
                                                                                         Antonio Mira de Amescua



Sin lugar a dudas Venus es entre todos los dioses quién más ha contribuido al nomenclátor botánico. Ya le hemos visto el ombligo y hoy nos muestra sus cabellos, nombre por el que desde antiguo se conoce a este helecho tanto popular como científicamente, el adiantum capillus veneris. Y con ese nombre tampoco nos debe extrañar que haya sido usado para evitar la alopecia, pero como dice el chiste lo único que detiene la caída del cabello es el suelo.


De más esta decir el por qué de este nombre. Lo de culantrillo parece que deriva del parecido de sus hojas con el culantro. En cuanto a adiantum procede del griego y se traduciría como que no se moja aludiendo a la propiedad que tiene de repeler el agua. No me resisto a poner el comentario de Andrés Laguna al Dioscórides: la llamaron adianto los griegos, porque aunque llueva sobre ella y se zahundan mil veces dentro del agua (cosa digna de admiración) jamás se le pega una gota, sino siempre se muestra seca y enjuta; en lo cual se parece a ciertas doncellas constantes y virtuosas, que aunque mueran de amores de algunos sus favoridos y se les salga el alma tras ellos, toda vía cuando los tienen delante los despiden con mil denuestos quedándose del todo enteras e inmaculadas.



No sólo para evitar la caída del cabello se ha usado. También para la tos, los catarros, para regularizar la menstruación, favorecer el parto o como abortivo. Sobre su eficacia en estos casos poco sabemos, aunque al personaje de Rosa Chacel parece que no le fue muy bien:

Figúrate, una botella entera de agua de Carabaña, por más que disimulase... y nada, no sirvió para nada. Fui a los barrios bajos y una mujer que vendía hierbas me dio ruda y culantrillo... nada, todo inútil. Oí un día a dos que hablaban en la carnicería de una que había abortado. Una decía: "Se cayó una costalada"... y la otra, "Ah, claro, eso es fatal. ¡Una costalada!...

                                                                                                  Barrio maravillas
                                                                                                  Rosa Chacel



Y pese a que como les ocurre en general a todos los helechos, precisan de una elevada humedad y no toleran las calefacciones, no es raro su uso como ornamental. Y es que como indica Cesare Pavese es una planta hermosa.

Con el tiempo la pared de la roca se había vuelto gris, pero en lo hondo, donde era más oscuro, sudaba todavía humedad y había un pozuelo. Allí crecía el culantrillo. Unas muchachas del pueblo dijeron que el culantrillo es una hermosa planta y la Sandiana fue una vez a arrancar unos cuantos para ponerlos en un florero.
                                                                                                  Historia íntima
                                                                                                  Cesare Pavese



15 de septiembre de 2015

Palomilla de los muros

El olor a madreselvas empapa el aire y paso una mano por la pared, donde se han juntado el musgo y la linaria de hojas de hiedra. Hay montones de tierra en el césped y me pregunto si habrán entrado topos.
                                                                                          Elisabeth ha desaparecido
                                                                                          Emma Healey


Hoy me aprovecho de lo que creo una mala labor de traducción pues en el texto elegido no aparece la protagonista del post, y entiendo que sí debería aparecer. Los nombres vernáculos son eso, vernáculos: propios de la casa de uno y varían "de una casa a otra". Por eso es importante usar los nombres científicos pues los vernáculos pueden ser no sólamente muy locales, sino que en ocasiones con el mismo nombre común se conocen distintas plantas. Cuando se está traduciendo una obra y aparece el nombre vulgar de una planta, una buena labor de traducción creo que debería consistir en buscar entre los diversos nombres comunes que seguramente existirán en la lengua de destino aquel que sea más habitual.



Cuando hace unos meses leyendo Elisabeth ha desaparecido me encontré con esta linaria de hojas de hiedra inmediatamente me asaltó la imagen de la cymbalaria muralis, flor bastante común pero para la que hasta el momento no había encontrado ningún texto en el que apareciera en cualquiera de sus nombres comunes: palomilla de los muros, picardía, hierba del campanario o  cimbalaria. Me puse a mirar y, efectivamente parece que se trata de la misma planta y que el traductor ha traducido de modo literal uno de los nombres que recibe la cymbalaria en inglés.


El fototropismo es el movimiento que se produce  en una planta o una parte de una planta en respuesta a un estímulo luminoso. Los tallos de la linaria tienen un fototropismo cambiante. Cuando florecen crecen hacía la luz, pero dado que su hábitat suelen ser paredes si al fructificar continuasen creciendo hacia la luz, y por tanto apartándose del muro, las semillas caerían al suelo donde no encontrarían las condiciones adecuadas para desarrollarse. Es por ello que una vez fecundada, el fototropismo se vuelve negativo y los tallos buscan la pared para que las semillas puedan caer entre las grietas de la pared donde podrán germinar.


2 de septiembre de 2015

Hierba turmera

                                                Hierba turmera, dame la compañera
                                                                                   popular


Otra vez, y no será la última, tengo que cambiar un concepto. Y esta vez no se si lo adquirí mal, me lo simplificaron o que en los más de cuarenta años transcurridos desde que estudié ciencias naturales se ha modificado. El caso es que para mi una simbiosis era una asociación entre dos especies que obtenían de su convivencia mutuos beneficios. Y no es exactamente así. Hoy por hoy se entiende por simbiosis una relación estrecha y persistente en el tiempo entre dos organismos, con independencia de que ambos salgan favorecidos. Esta última situación es conocida como mutualismo. Pero también el parasitismo, en el que uno de los dos organismos es perjudicado, se considera una simbiosis. E igualmente es simbiótica la relación entre dos organismos cuando uno se beneficia, y al otro ni le va ni le viene. Se llama comensalismo.  


Las terfezias forman parte de un grupo de hongos subterráneos conocidos como trufas del desierto. Una de ellas, la Terfezia arenaria, conocida como criadilla de tierra o patata de tierra, culinariamente muy apreciada por su sabor suave, establece una relación simbiótica con la Tuberaria guttata, relación de la que no sólo salen ambas especies beneficiadas, también se beneficia el buscador de estas criadillas al señalar la flor, pequeñita pero llamativa, la ubicación del hongo. Y de ahí el dicho popular con el que empezaba.


Este tipo de asociación simbiótica entre un hongo y las raíces de una planta se denomina micorriza, y aunque antaño se consideraban excepciones hoy se sabe que es al revés y la mayor parte de las plantas viven en simbiosis con hongos. La planta sale beneficiada al incrementar el área radicular activa y consecuentemente la absorción de agua y minerales, a la vez que el hongo la protege de la acción de hongos patógenos. El hongo por su parte recibe más nutrientes y agua.


Nuestra planta es conocida como hierba turmera o hierba de las criadillas, lo que viene a ser lo mismo ya que turma según el DRAE procede del latín turma que significa testículo. Lo de tuberaria tiene su origen en un error ya que se creía que estaban emparentadas las terfezias con las trufas (tuber), y lo de guttata viene de gota supongo que por las manchas moradas, de forma y tamaño muy variables, que tanto  destacan en los pétalos amarillos.


Termino con una referencia a las criadillas (que no recuerdo haber visto en las cartas de los restaurantes de la zona, y que sí he tenido el placer de probar en tierras extremeñas) no sin antes apuntar que hay cierta disparidad de criterios en cuanto al nombre científico de esta planta pudiendo encontrarse también como Xolantha guttata

                                                 Si criadillas de tierra acaso quiero,
                                                 costando muchos pasos y dinero,
                                                 y aun favor el hallarlas,
                                                 parecen al pagarlas
                                                 criadillas de tierra, y al freíllas
                                                 tierra de criadillas
                                                                                   La Maya
                                                                                   Luis Quiñones de Benavente



19 de agosto de 2015

Hierba mora

¿No se hundiría la tierra dejando una mancha seca y estéril en que crecerían luego en abundancia la mortífera hierba mora, el beleño, la belladona y cuanta planta maligna pudiese producir el clima?

                                                                                                La letra escarlata
                                                                                               Nathaniel Hawthorne



Hoy estamos de oferta: dos plantas por el precio de una. El motivo de la oferta es la gran similitud entre las dos especies, Solanum nigrum y Solanum villosum, patente también en el hecho de compartir nombres vernáculos, los más populares hierba mora y tomatillos del diablo. Hay por supuesto diferencias entre ambas sin necesidad de llegar al ADN.


Solanum nigrum es menos vellosa y de hojas más oscuras y alargadas. Pero la mejor manera de diferenciarlas es esperar a que sus frutos maduren. Los de Solanum nigrum pasan del verde al negro, en tanto que los de villosum adquieren un color rojo. Ya lo decía san Mateo: "por sus frutos los conoceréis".


Aunque en algunos lugares he leído acerca de su utilidad para diversas dolencias, es bien conocida su toxicidad y de hecho el Solanum nigrum figura en una orden que recoge la lista de plantas que en razón de su toxicidad tienen prohibida o restringida su comercialización.


No aparece en esa lista el Solanum villosum, pero parece que es a ella a la que se refiere Plinio en su Historia natural cuando dice: "no quiero dar la descripción de ella porque me ocupo de remedios, pero no de venenos, y en tratándose de esta especie bastan algunas gotas de su zumo para perturbar la razón. Sin embargo, los autores griegos juegan con ella: a la dosis de una dracma, provoca imaginaciones lascivas, visiones fantásticas, que parecen reales; a dosis doble una verdadera locura; y a cualquier dosis mayor, la muerte".


Movió la cabeza y continuó: El vano deseo de tu madre, satisfecho al fin de la forma burlona en que suelen cumplirse los deseos demasiado fervientes, como tomatillos del diablo que son, ha provocado esta crisis
                                                                                                         Norte y sur
                                                                                                         Elisabeth Gaskell