19 de enero de 2021

Chochos locos, Garbanzos del diablo



- Lo traeré - afirmó Taneri. Y corrió en busca del rollo que, junto a otros tesoros, preservaba el monasterio.
Nubún, perdido en su delirio, escupió contra el recuerdo de su padre.
- ¡Blasfemo! ¡Te cocinarás con los garbanzos del diablo!

                                                                             Tiempo de dragones: la profecía imperfecta
                                                                              Liliana Bodoc



Aunque el Astragalus lusitanicum es una de las plantas más abundantes por la sierra, el hecho es que ha tardado años en aparecer por aquí. El motivo: que no encontraba un texto adecuado para el encabezamiento, aunque tecleando en google si que aparecen muchos chochos locos pero a todas luces inapropiados. Supongo que se conocen de este modo por el parecido de los frutos a los del altramuz. No insistiré en el por qué del apelativo pues ya tuvimos ocasión anteriormente. El nombre latino, astragalus, si nos va a conducir a vericuetos insospechados.


Lo de astragalus viene de que sus semillas, de forma cúbica irregular, recuerdan a un hueso del tarso de los mamíferos, el astrágalo. Tal vez  ese nombre no nos diga nada pero si digo que ese hueso también se conoce como taba quizás la cosa cambie, y es que nos encontramos ante un hueso, los de cordero sobre todo, que desde la antigüedad se ha usado para jugar. 


Muchos quieren ver en las tabas el origen de nuestros dados, con la diferencia de que al no tener las tabas todos sus lados iguales la probabilidad de que saliese una u otra cara no era la misma, no dependía sólamente del azar, pese a lo cual la palabra azar viene de ahí.


En el mundo árabe se marcaba la cara del astrágalo que daba la suerte con una flor, zahr en árabe, y de ahí derivan nuestro azar o el inglés hazard ligado en este caso al riesgo o peligro más que a la suerte (o al lado malo de la suerte podríamos decir). El azahar tiene un mismo origen, az-zahr: la flor más brillante. Y la califal ciudad cordobesa Medina Azahara: la ciudad brillante.


Se trata de una planta tóxica de ahí que se denominen garbancillos (por el parecido de los frutos) del diablo, y que no sea consumida por el ganado


5 de enero de 2021

Colleja roja

Recorro todo el perímetro del Primer Campo como si marcara mi territorio; me fijo en las amapolas que han florecido entre los cultivos del año pasado y arranco collejas rojas del seto. Cuánto rojo, pienso.
                                                                                         El manantial
                                                                                         Catherine Chanter


La flor de hoy es una silene, pero no se bien cuál, o tal vez las fotos que ilustran correspondan a las dos, pero soy incapaz de diferenciarlas. Y es que, según he leído, la diferencia principal entre la Silene colorata y la Silene secundiflora se encuentra en el tamaño de la uña de sus pétalos. En cualquier caso ambas comparten el nombre de Silene, y vamos a ver de dónde viene.


Sileno es el nombre de un personaje mitológico, que habría sido el educador de Dionisio. No esta muy claro su origen, pero por el color de nuestra flor de hoy (aunque ya hemos visto que hay silenes de color blanco ) me quedaré con esa historia que lo hace proceder de la sangre derramada por Urano al ser mutilado por Crono. A Sileno se le representaba feo y barrigón, y algún botánico quiso ver en el cáliz hinchado de estas flores una panza. De ahí el nombre.


Las flores se han usado para teñir lana, pero no penséis que resulta un color rojo, no, sino amarillo. La colorata al menos recibe el nombre de hierba de la tórtola. Ignoro los motivos.


Después, Sofía da  vuelta al caballo y en la ruta de descenso hacia la casa de Xintal, le muestra a Flavia las flores de los arbustos de malvas y aceradillas, las de las hierbas de san Juan que amarillean el borde del camino, las silenes rojas con sus altos tallos
                                                                                          Sofía de los presagios
                                                                                          Gioconda Belli