1 de agosto de 2011

Altramuz blanco

-Señor Conde Lucanor -dijo Patronio-, uno de estos hombres llegó a tal extremo de pobreza que no tenía absolutamente nada que comer. Después de mucho esforzarse para encontrar algo con que alimentarse, no halló sino una escudilla llena de altramuces. Al acordarse de cuán rico había sido y verse ahora hambriento, con una escudilla de altramuces como única comida, pues sabéis que son tan amargos y tienen tan mal sabor, se puso a llorar amargamente; pero, como tenía mucha hambre, empezó a comérselos y, mientras los comía, seguía llorando y las pieles las echaba tras de sí. Estando él con este pesar y con esta pena, notó que a sus espaldas caminaba otro hombre y, al volver la cabeza, vio que el hombre que le seguía estaba comiendo las pieles de los altramuces que él había tirado al suelo.
                                                                                       El conde Lucanor
                                                                                       Infante Don Juan Manuel


El altramuz, usado como planta forrajera, nunca ha formado parte habitual de la dieta quedando su uso limitado a situaciones de necesidad, como la que nos presenta el Infante Don Juan Manuel, o como aperitivo en algunas zonas. 


Sin embargo se trata de una legumbre de un alto valor nutricional, con un contenido en proteinas que oscila según las especies entre un 24 y un 33% , rica en fibra y en cuya composición lipídica predominan los ácidos grasos mono y poliinsaturados. 


Las imágenes corresponden a Lupinus albus. El cuento completo del Conde Lucanor en Lo que ocurrió a un hombre que por pobreza y falta de otro alimento comía altramuces