10 de mayo de 2016

Marrubio

En  particular se deshacía en elogios sobre las propiedades del vino de achicoria para curar la anemia, y sobre las del vino de genciana para combatir la anorexia. Sin olvidar el vino de ajo para sanar la dermatitis, el vino de eucalipto, perfecto para las inflamaciones bronquiales, el vino de castaño de Indias, remedio infalible contra el estreñimiento y el vino de marrubio, el preferido de las señoras como antidoto contra la celulitis.

                                                                                          La sangre de Montalcino
                                                                                          Giovanni Negri



No se si ya lo he dicho antes, pero no me importa repetirlo: si atendemos al cancionero popular soy un animal. Lo confieso, no me gusta el vino. De modo que cuando estuve en Montalcino sí es cierto que vi muchas tiendas de vinos, pero no les preste mucha atención, le dedique mis miradas al paisaje y a la indudable belleza del pueblo (y a que el viento no me jugase ninguna mala pasada). De manera que no se si había expuesto por allí algún vino de marrubio (marrubium vulgare).


De todos modos por lo que he podido leer más que una bebida con la que acompañar una buena comida o un buen rato con los amigos, el vino de marrubio parece tratarse de un preparado farmacéutico usado desde antiguo para diversas dolencias y que se obtenía dejando macerar flores de marrubio en distintos tipos de vino: blanco, jerez, aguardiente...


También he podido comprobar que existe el dulce de marrubio, pero que nadie se engañe, no es para tomarlo para rematar una buena comida como una milhoja, un pionono o un petisú. Es mas bien un caramelo que recuerda a aquel azúcar tostado que de pequeño me daban para la tos, y de hecho para eso se usa.


El escritor romano Columela, nacido en Cádiz a principios de nuestra era, y que dedico su vida y obra al estudio de la agricultura ya nos habla del marrubio y del uso de su zumo rociado sobre las plantas para el tratamiento de algunas plagas.


De más usos populares he tenido noticia: en forma de emplasto para los esguinces, para tratar el paludismo, para limpiar y cicatrizar heridas, para las llagas o para la ictericia teniendo este último uso su propio ensalmo:
                                                       A verte, marrubio, vengo
                                                       entre la luna y el sol,
                                                       que me quites la tericia
                                                       y me vuelvas la color.



Pío Font  Quer  en su Dioscórides renovado también hace mención a  un curioso método de tratar la ictericia (aliacán dice él, término que nunca había escuchado): El paciente ha de madrugar y, en ayunas, durante un novenario, deberá soltar sus aguas menores sobre la misma mata de marrubio; y a medida que ésta cada día empeorará, estropeada por los orines del paciente, éste se irá recobrando, recuperará su color natural y sanará. (Font Quer llama a este método curación por endoso)



4 de abril de 2016

Cerrado por obras

Obras en el ordenador, no en el blog. Espero que sean breves

22 de marzo de 2016

Transparente

                                   Es el umbral en que mi madre interroga al poniente,
                                   en un día de 1975.
                                   Es una encrucijada de caminos.
                                   Alguien con un bastón hecho con ramas del árbol del olvido
                                   desató sus pasos.
                                   Es el sitio en que puse, de niño, rosas al porvenir.
                                   Es un verano antiguo y un alboroto de muchachas
                                   y la callada puerta que cruzaré un día por vez última.
                                   Es la muerte de mi hermana.
                                   Es un galo en su hora infinita.
                                   Es eso que está en mi voz
                                   y de algún modo salva mi vida y la perdona.

                                                                              De las ramas del árbol tranparente
                                                                              Rafael Adolfo Téllez



Tal vez esta planta no debería aparecer por estas páginas, pues aunque podemos encontrar el transparente (myoporum laetum) por la sierra no es una planta de por aquí y siempre la veremos asociada a asentamientos humanos. Pero del mismo modo que yo la he visto en varios lugares y me he preguntado qué era, también a otros les puede suceder lo mismo y por eso he decidido incluirla. Además de seguir ese criterio tampoco debería haber hablado de la hierba carmín o del tabaco moruno, entre otros.


El tan curioso nombre de transparente obedece a que cuando miramos sus hojas al trasluz se aprecian una serie de puntos translucidos y que son pequeños depósitos de esencia. Este aceite se llama ngaiona y es tóxico para los animales pudiendo provocarles la muerte por afecciones hepáticas así como dermatitis. He leído sin embargo que los maoríes se untaban con ellas para repeler a los mosquitos. El nombre científico hace referencia a lo mismo: del griego myo, cerrar, y porós, orificio.


En cuanto a laetum del latín alegre, luminoso le vendría de su color verde brillante. Por mantenerse verde todo el año también se conoce en muchos lugares como siempreverde, y es esta una de las características por las que ha sido importado de su Nueva Zelanda originaria, para formar setos vivos.


En algunos lugares, sobre todo en América, se conoce como mioporo

No, no era un sueño. Sin embargo ¿qué otra cosa podría ser si no? Vio, con los ojos cerrados, bajo la luz del mediodía, pero mate y como pintada por Carpaccio, su propio jardín. Los jacarandás, los mioporos y las sifleras de hojas charoladas, el grupo de cipreses, los laureles oscuros, los arriates bordeados de mirtos con las plantas no muy sobresalientes dentro
                                                                                          Los invitados al jardín
                                                                                          Antonio Gala


8 de marzo de 2016

Cephalanthera rubra

Él le pone la flor en el pelo y la besa, se abrazan y se van a la oscuridad de la selva, sin darse cuenta que la flor se le ha caído del pelo a la isleña. Y hay un primer plano de esa orquídea salvaje pero finísima, caída en la arena, y sobre la orquídea va apareciendo esfumada la cara de Leni, como si la flor se transformase en mujer.

                                                                                            El beso de la mujer araña
                                                                                            Manuel Puig


Casi dos años han pasado desde que dije que volveríamos sobre las orquídeas. Mucho tiempo, pero es que pese a ser como ya decía entonces la familia más extensa del reino vegetal lo cierto es que no está muy representada en la sierra de Aracena, o al menos esa es mi impresión. Es más, la que traigo hoy, la cephalantera rubra, según el programa anthos no se encuentra entre las especies del parque natural. Tampoco aparece Huelva en el mapa de distribución de esta orquídea que puede consultarse en Asturnatura, y lo mismo sucede en el que muestra Flora vascular o en el que hallamos en el libro Guía de campo de las orquídeas silvestres de Andalucía (ediciones la Serranía).Tampoco en el mapa de su distribución en Andalucía que acompaña a su descripción en el libro editado por la Junta de Andalucía Orquídeas del parque natural Sierra de Grazalema. En Granada natural dudan de su presencia en la provincia de Huelva.


Pese a tanto dato desfavorable puedo decir que haberlas haylas, aunque como en el cómic es probable que tan sólo sea una pequeña aldea irreductible, pero la he visto con mis propios ojos y aquí están las fotos para dar testimonio de ello. Y por testimonio llegamos al origen de la palabra orquídea.


Testimonio está emparentado con testículo, sin embargo es posible que si las cosas hubiesen seguido su curso normal los varones en lugar de testículos lo que tendríamos sería un par de orquídeas, que ciertamente suena menos contundente. En griego los testículos se denominaban orchis, raíz se ha conservado en muchos términos médicos: criptorquidia, orquitis, orquidectomía.... Pero se cruzaron los romanos con su testis (testigo) y les dio por llamar a los atributos masculinos testículos (pequeños testigos) ¿Por qué? La teoría más extendida dice que debido a que su presencia testifica que nos encontramos ante un varón. Sin embargo la más correcta parece ser otra que viene a poner de manifiesto una vez más que desde que el mundo es mundo y para nuestra desgracia ha existido la discriminación por razón de sexo: el derecho romano reconocía únicamente a los varones el derecho a declarar en un juicio.


Si arrancamos una orquídea podremos ver como en su raíz hay dos tubérculos que en forma y disposición recuerdan a los testículos, y de los que ya hablaremos en una próxima orquídea.


Comente que entre las orquídeas son raros los nombres vulgares. Esta por lo que he podido leer es conocida como sello de Nuestra Señora, pero si rara es la flor más raro parece ser que se denomine así, al menos si atendemos a las veces que aparece en google.


23 de febrero de 2016

Boletus, Tentullo

Pidió una copa de merlot de Doro Princic, y se puso a hojear la guía de viajes al tiempo que se tomaba un plato de pasta con boletus frescos
                                                                           Veit Heinichen
                                                                           Sobre gustos no hay nada escrito



La seta que traigo hoy es de las pocas que cuando he visto me ha ofrecido pocas dudas. De inmediato he dicho: un boletus, o tentullo como se conoce por estos lares. Lo que ya no me atrevo mucho es con el apellido ¿edulis? ¿aereus?Tampoco me preocupa mucho lo del apellido pues he leído que hay expertos que opinan que no existen diferencias entre algunas  especies.


Y además todas estas especies tan similares no sólo son comestibles sino que se suele calificar su sabor como excelente.  En la guía que suelo consultar (guía de los hongos y setas de España y Europa. Ewald Gerhardt. Eiciones Omega) tan solo aparecen tres como tóxicos y son fácilmente identificables: el boletus de Satanás que tiene un sombrero de color blanco sucio, el boletus de lobo cuyo sombrero tiene una cubierta rosa separable sobre fondo rojo intenso y el boletus pie rojo amargo que además del pie rojizo tiene también el sombreo blanquecino.


Podía pues haberme atrevido a cojerlos. He de reconocer que me gustan mucho y tenían un buen bocado. Pero no soy tan osado y ademas prefiero verlos así. Me identifico más con esos letreros que he visto por algunos lugares: deja sólo tus huellas; llévate sólo tus fotos.


 - ¿Y esta otra, abuelo?
- También es mala. Tírala
Fan no encuentra una sola seta comestible; todas son venenosas. Por fin, se topa con un boletus.
- ¿Y esta, abuelo?
- Esa sí. ¡Qué hermosa! Ya tenemos merienda

                                                                  El cuento de nunca acabar
                                                                 Juan Kruz Igerabide
                                                                 

9 de febrero de 2016

Marrubio rojo

Hacía lejías para enrubiar, de sarmientos, de carrasca, de centeno, de marrubios, con salitre, con alumbre y  milifolia y otras diversas cosas.
                                                                                                            LaCelestina
                                                                                                            Fernando de Rojas



La hispanolona no es aunque su nombre pudiese sugerirlo ninguna sustancia  dopante que hayan encontrado en muestras de sangre u orina de los jugadores de la selección española de balonmano, a los que ahora les ha dado a los periodistas por llamar, dándole mucho énfasis al pronunciarlo, ¡hispanos! Es un principio que se encuentra entre otras en nuestra planta de hoy, el marrubio rojo (ballota hirsuta), y con la que científicos del instituto Carlos III trabajan intentando confirmar sus efectos beneficiosos en el crecimiento de algunos tumores.


Como suele ocurrir antes de que a estos científicos les diese por investigar, ya era usado en remedios populares para combatir entre otras cosas la fiebre o la anorexia, o para facilitar la expectoración en la bronquitis crónica.


Por sus flores de un color purpura rojizo con franjas longitudinales blanquecinas es  llamada en algunos lugares flor rubí. Respecto a su etimología no he encontrado nada fiable. Lo de hirsuto está claro que debe hacer referencia al aspecto áspero de sus hojas, pero ninguna pista respecto a ballota ni a marrubio (no creo que tenga que ver con rubrum, pues el marrubio vulgar no tiene ninguna parte rojiza).