10 de junio de 2025

Trébol encarnado

Como me había seguido en mis paseos de las tardes de verano mientras Albertina pintaba, ahora hacía florecer en torno mío, aunque estuviese en mi cuarto oscuro, los acianos, las amapolas y los tréboles encarnados
                                                                               En busca del tiempo perdido
                                                                               Marcel Proust


Poco misterio en cuanto al origen del nombre común, que en este caso se corresponde con el científico, Trifolium incarnatum. Basta mirar la conformación de las hojas y el color de las flores


No es muy común en la sierra onubense, y por lo que he leído no se trata de una planta propia de la península ibérica (aunque se encuentra naturalizada), mas bien del centro y sur de Europa. En muchos sitios de hecho la denominan trébol italiano


Se usa como planta forrajera, y también como abono verde, enterrando las plantas en plena floración para aumentar la calidad de suelos nutricionalmente pobres


Disfrutaba allá donde fuera, indiscriminadamente, y llegaba a casa con gran cantidad de información variada. "¿Sabías que a las lombrices se las puede forzar a salir haciendo vibrar un palo en la tierra? Si el trébol italiano se recoge demasiado tarde, pasa a convertirse en bolas en los estómagos de los caballos. He aprendido un diseño de acolchado del siglo dieciocho".

                                                                               Buscando a Caleb
                                                                               Anne Tyler



27 de mayo de 2025

Agallas de roble

Paré tomó de mis manos los paños limpios, los mojó en un cubeta que contenía una solución preparada por él mismo a base de agallas de roble, y los aplicó en las heridas de entrada y salida para cortar las hemorragias. 
                                                                                   El escalpelo de oro
                                                                                   Álvaro Galiano


Cada vez que veo algo raro en una planta es ya un hábito pensar primero que se trata de una agalla, y aunque en ocasiones me llevo una sorpresa, la verdad es que casi siempre acierto. De modo que cuando vi sobre un roble estas bolitas que parecen de algodón pensé de inmediato en agallas. Ponerles nombre es otro cantar. (Hacerles unas fotos decentes por su situación y por el viento que hacía también resultó complicado)


Buscando y buscando lo primero que encontré era que pudiera tratarse de agallas de Callirhytis seminator, una avispilla conocida como sembrador de lana. Pero había cosas que me chirriaban. Por un lado el tono sonrosado que presentaban la agallas en la mayoría de las imágenes que veía, pero sobre todo que todas las referencias procedían del continente americano. Así que seguí buscando, pero nada.


Y como tantas veces, dejas la cosas reposar un tiempo y el día menos pensado y por casualidad aparece la respuesta. Creo que son agallas producidas por el Andricus quercus ramuli, del que si he encontrado referencias en España y en Europa. Como todas estas avispillas su ciclo vital comprende dos fases, una sexual formada por avispillas machos y hembras, que da lugar a estas agallas sobre la inflorescencia del roble, y que alterna con otra fase asexual en la que sólo hay avispillas hembras que provocan agallas en las ramitas.



13 de mayo de 2025

Hidno negro

Se volvieron a ver. Ella llevaba zapatillas Converse de todos los colores y pequeños top a juego. Se acostaba temprano, no bebía alcohol, era vegetariana y le enloquecía el tofu. Lo comía dulce, salado, con confitura de arándanos o con setas negras. Le contaba la historia de los Estados Unidos y de la constitución.
                                              Las ardillas de Central Park están tristes los lunes
                                              Katherine Pancol


Dudo mucho que las setas negras con que acompañan al tofu en el fragmento que encabeza el post corresponda al Phellodon niger, conocido como hidno negro o diente negro, pues su carne es correosa y carente de sabor por lo qué aunque no sea toxico no tiene valor culinario.


Para quien sí tiene valor el hongo es para los pinos al pie de los cuales crecen. Entre los pinos y el hidno negro se desarrollan micorrizas, una forma de simbiosis en la que las hifas del hongo envuelven las raíces del pino y crean lo que se conoce como red de Hartig mediante la que se establece un intercambio entre el árbol, que le da al hongo hidratos de carbono y vitaminas, y el hongo, que proporciona a su vez agua y minerales.


Tiene forma de embudo con aguijones grisáceos que constituyen la parte en su porción inferior  




29 de abril de 2025

Mano de mortero

Vaya, que no quedará descontento de mi. Seré con él muy cumplimentera, le pasearé por el parque, le serviré alitas de pollo, mientras daré a comer manos de almirez al señor Lefebvre

                                                                                           Los matrimonios de París  
                                                                                           Antonio de Trueba 


El género Clavariadelphus  formaba parte anteriormente del género Clavaria, hongos con forma de clavo pero se separó del mismo y el nombre nos indica esa relación que tuvieron ya que Clavariadelphus significa hermano de las clavarias. 


La que os presento recibe por razones obvias el nombre común de mano o maza  de almirez o de mortero y el nombre científico es Clavariadelphus pistillaris. También podemos encontrarla con el nombre de Clavaria herculeana, por la maza con la que habitualmente se representa a Hércules


No es tóxica, pero por su sabor muy amargo y su textura fibrosa  su interés culinario es escaso. Su palatabilidad mejora algo al hervirla desechando el agua de la cocción. Los ejemplares jóvenes los preparan en algunas zonas en una especie de escabeche


La podemos encontrar en otoño e invierno asociada a encinares, alcornocales y melojares, a veces solitarias y otras en grupos formando los denominados corros de brujas     


                             

15 de abril de 2025

Fálago

Mientras marchaba por la orilla, pisoteando flores dormidas con pasos descuidados, trastornado en todo momento por el terror a seres desconocidos y la sugestión de las caras muertas, percibí que el jardín bajo la luz de la luna no tenía fin.
                                                                        Lo que trae la luna
                                                                        H.P. Lovecraft


Muchas veces entre que hago fotos de una planta y logro identificarla pasa bastante tiempo. No se si esta ostentará el récord o no, pero lo cierto es que las fotos que ilustran la entrada tienen más de siete años, y ha sido recientemente y por casualidad que he conseguido ponerle nombre, y vaya nombre: Illecebrum verticillatum 


No he encontrado mucha información aparte de la puramente botánica, y la que he encontrado tampoco me parece muy fiable. El nombre común que recibe es el de fálago. Y ¿de dónde viene ese nombre? Según wikipedia (y muchas otras páginas que se limitan a copiar) porque las flores se sitúan en torno al tallo formando un collar y eso "inspira el nombre común". Por más vueltas que le he dado no encuentro relación entre collar y fálago.


Respecto a el origen de Illecebrum tres cuartos de lo mismo. En que viene del latín todo el mundo de acuerdo pero para algunos (flora ibérica) sería el nombre dado por los romanos a un sedum, mientras que para otros (etimología de los géneros de plantas de Linneo) querría decir atractivo, con encanto.


Si que he encontrado que en castellano existe la palabra ilécebra, procedente del latín illecebra y que significa "halago engañoso, cariñosa ficción que atrae y convence". De aquí debe venir no sólo el nombre científico, también el fálago, pero sigo sin ver el nexo con nuestra planta


El fálago es lo que se conoce como helófito, plantas que viven en lugares encharcados aunque la mayor parte de la planta no se encuentre sumergida. Lo encontramos por tanto en torno a charcas, lagunas, zonas inundables, orillas de embalses...



1 de abril de 2025

Mastuerzo menor

Preparaba trampas para los gorriones, distinguía las matas de ortiga entre la maleza o los panales de avispas en las grietas de un muro. En el trayecto recogía flores de mastuerzo para regalar a Benito, el pescador. Ambos se retiraban luego por el desfiladero hasta una arena sucia donde se enterraban.

                                                                                  Los eucaliptos
                                                                                  Julio Ramon Ribeyro
                                                         

A la Cardamine hirsuta, conocida como mastuerzo menor y también como berro amargo, la podemos encontrar los primeros meses del año en las bases de los muros y cerca de cursos de agua. De las distintas especies de Cardamine es la única que según el proyecto anthos podemos encontrar en nuestro parque natural.


Por si esto fuera poco se diferencia de la C. flexulosa  que sería la más parecida por tener cuatro  estambres y pelillos sobre todo en las hojas superiores. De ahí lo de hirsuta. Del origen de la palabra mastuerzo ya comentamos algo al hablar de los berros


He leído que las hojas (que muestran un claro dimorfismo entre las superiores y las de la roseta basal) se pueden consumir en ensalada confiriendo un sabor algo picante, o como si se tratase de espinacas.

                                       

                                                         Por el rabillo de uno de mis ojos
                                                          pasa mi madre
                                                          hacia la maleza ignorada
                                                          de onagra común, berro amargo y lino

                                                                                        Verde amargo
                                                                                        Martín Corless-Smith 



18 de marzo de 2025

Oronja

Albert paró el coche junto a un bosque de castaños. Trepé un ribazo y encontré las primeras oronjas. Una de ellas estaba por abrir: era un huevo perfecto.
                                                                         Mariposas de invierno y otras historias de la naturaleza
                                                                         Julia Guillamón


Siendo la sierra de Aracena tierra de dehesas y castaños no podía faltar en ella una seta que gusta de aparecer en los castañares y entre los alcornoques y  las encinas: la Amanita caesarea.


Conocida popularmente como oronja, también recibe los nombres de huevo de rey o yema de huevo. En su fase inicial de desarrollo lo único visible es la envoltura blanca o volva, que conforme se va abriendo deja ver parte del sombrero anaranjado, de ahí que se compare con un huevo y de ahí también oronja del latín auruncula, dorado.


Según los entendidos son un autentico manjar y entre los que disfrutaban con su consumo se encontraban Cesar Augusto y el emperador Claudio, de ahí que se llame caesarea, la seta de los césares. Lo de Amanita es en referencia a los montes Amanus, en Turquía. No son muy abundantes y no toleran bien el frío por lo que no es fácil verlas


Estas son oronjas o yemas de huevo. Y se cuentan entre las setas más raras y sublimes del planeta. Solo prosperan en unas condiciones climáticas específicas, e incluso, a veces, no llegan a germinar. Por eso hace siglos que se las considera una exquisitez. Son amanitas, la seta de los césares, el plato de reyes y príncipes.
                                                                         La vida segun Arnold
                                                                         Giles Milton



4 de marzo de 2025

Zanahoria silvestre

Bajó bastante deprisa las pequeñas calles de Ordebec, con los cordones desatados, directo a una cabina telefónica que había localizado en el camino entre la posada de Léo y el centro de la ciudad. Una cabina apartada de las miradas, rodeada de las altas umbelas de las zanahorias silvestres.

                                                                                           El ejercito furioso
                                                                                           Fred Vargas


Nunca me ha dado por arrancar una mata de zanahoria silvestre, Daucus carota, para comprobar si efectivamente hay una zanahoria debajo, pero si lo hubiese hecho me habría llevado una sorpresa: las zanahorias no son naranjas.


Originaria de la India, la zanahoria tiene al igual que otras hortalizas que crecen bajo tierra como el nabo o la chirivía una raíz blanquecina. Ciertas alteraciones en sus genes pueden hacer que aparezcan variedades de otros colores como moradas y amarillas (conocidas mucho antes que la naranja) o naranjas. De los más de 30000 genes que posee la zanahoria parece que sólo dos de ellos son responsables del color naranja, y son de carácter recesivo, de modo que para su mantenimiento hace falta una labor de selección, de intencionalidad incluso. Así surge la Daucus carota subsp. sativus que vemos en nuestros mercados. Y parece que la política no es ajena a su desarrollo y  predominio.


Las zanahorias naranjas por lo que he podido leer que llevan entre nosotros unos 600 años y es creencia extendida que su promoción se debe a los holandeses que con ello querían rendir homenaje a Guillermo de Orange, líder  de la guerra de los ochenta años frente a la España de Felipe II


Y lo de que mejoran la visión también tiene su historia. Es cierto que son ricas en vitamina A y que esta es beneficiosa para la vista, pero hacen falta pequeñas cantidades y nuestra visión no mejorará por más zanahorias que tomemos. Las fuerzas aéreas británicas, RAF, lograron durante la segunda guerra mundial desarrollar un radar de visión nocturna de tamaño reducido que podía llevarse en los aviones y detectar a los aviones enemigos. Para mantener el secreto los servicios de propaganda hicieron creer que sus pilotos eran capaces de derribar aviones alemanes en condiciones de escasa visibilidad gracias a que su visión se había incrementado mucho con una dieta rica en zanahorias. Para dotar de más credibilidad al asunto un personaje llamado Dr. Carrot (Dr. zanahoria), animaba a la población desde la radio a consumir muchas zanahorias para poder orientarse en la oscuridad durante los frecuentes apagones nocturnos


La umbela de la zanahoria muestra en muchas ocasiones en su centro una única flor de color púrpura o rojizo. Esa flor es estéril y su misión es simular que se trata de un insecto para de ese modo atraer a otros que actuaran como polinizadores


No había manera de evitar los charcos del sendero, la hierba alta empapada a lo largo del camino ni las zanahorias silvestres que acababan de florecer
                                                                                           Escapada
                                                                                           Alice Munro





18 de febrero de 2025

Orchis morio

Dijo que era posible lograr que cualquier caballo, hasta el animal más viejo y débil, corriese tan rápido como Brunello. Para ello hay que mezclar en su avena una hierba llamada satirión, muy picada, y luego untarle los muslos con grasa de ciervo.

                                                                                    El nombre de la rosa
                                                                                    Umberto Eco


Al contrario que otras orquídeas esta Orhcis morio es conocida con varios nombres vulgares como satirión, amor de dama, orquídea compañón o  cojón de perro. Lo que no me explico es por qué si los tubérculos de todas las orquídeas recuerdan a los testículos esta recibe tan gráfico apelativo y las otras no.


También se la denomina orquídea bufón pues hay quien ha querido ver parecido entre sus flores y el gorro de los bufones, lo de morio vendría de ahí (morio morionis en latín aludiría a los locos, o a las personas carentes de juicio mantenidas para causar risa. Cosas de la incorrección política)


La rueda giraba. Las agujas del reloj avanzaban. El satirión y la aquilea se habían marchitado, y también el clavel silvestre. De nuevo aparecían entre la hierba húmeda las azules estrellas de la genciana

                                                                                           La montaña mágica
                                                                                           Thomas Mann