Llevaba don Magín un ala del manteo ceñida a su costado, y la otra plegada pomposamente sobre su hombro. Sus manos, grandes y señoriles, siempre se entretenían con una flor, una hierba aromática, el copo de una gramínea: la briza, la gliceria, el miliun effusum -según don Daniel.
Nuestro padre san Daniel Gabriel Miró
Una planta que a buen seguro a todos nos resulta conocida por lo llamativo de sus pequeñas espiguillas acorazonadas, que se bambolean con la menor brisa, de ahí su nombre: Briza. El apellido maxima para diferenciarla de otras de menor tamaño. No he encontrado nada digno de referenciar, pero si se nota lo conocida que es en el gran número de nombres con los que es conocida.
Unos hacen referencia a esa facilidad para ser agitadas por leves corrientes de aire: bailarinas, tembladeras, tembleques...
Otros, más numerosos, a su forma: lágrimas de la Virgen, pendientes de la reina, cascabeles, corazones, farolillos, zarcillos...
Y otros en fin cuyo origen se me escapa: azogue, estanca-sangre, pan de cuco...
3 comentarios:
Muy buenas Joaquín. Las conocía y las he fotografiado alguna vez, pero no sabía el nombre.
Un abrazo
Bellísimas estas fotos de briza ¡me encantan!
Muchos besos.
Me encanta. Yo me las solía poner de pendientes. Besos.
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