15 de septiembre de 2020

Malva silvestre

Y entonces, nadie ira a llorar sobre mi tumba, ni a arrancar las malvas silvestres que cubran la sepultura donde quedará perdido el nombre del marqués de Encinares
                                                                                         La mancha de sangre
                                                                                         Manuel Fernández y Gonzalez



Creo que no me equivoco mucho al pensar que a casi todo el mundo al oír la palabra malvas lo primero que se le viene a la cabeza es la la expresión estar criando malvas. Y de ella vamos a hablar, pero antes apuntar que al paso que vamos la expresión lleva camino de convertirse en realidad pues he leído recientemente, y escuchado también por la radio, que en Estados Unidos, al menos en algún estado, están a punto de aprobar una ley que permite convertir los cadáveres en compost y utilizarlos como abono.


Investigando sobre el origen de la expresión he encontrado dos explicaciones. La primera parte del hecho de que la malva, Malva sylvestris, es una planta poco exigente y que crece en cualquier sitio por abandonado y poco cuidado que esté, de ahí que no fuese raro verla en cementerios, por lo que surgió la idea de que se nutrían de los cuerpos sepultados.


La segunda explicación es más erudita, y nos lleva al año 79 de nuestra era, a la erupción del Vesubio. Uno de los fallecidos a consecuencia de la explosión fue  el naturalista y escritor Plinio el Viejo, que se encontraba en los alrededores y queriendo observar el fenómeno más de cerca se acerco aún más y pereció posiblemente a causa de los gases y cenizas provocadas por la erupción. En una carta a Tácito días antes comentándole sus últimos descubrimientos le decía que durante las últimas semanas había dedicado su tiempo a cultivar malvas. Al enterarse de su muerte, Tácito escribió un panegírico de su amigo en el que aprovechó esa noticia de las malvas: es por la magnitud de su persona y de su obra que Plinio no ha muerto, sino que está a los pies del Vesubio, criando malvas.




Aunque tanto las hojas como los tallos o flores han sido usadas en la cocina, o como ingrediente de licores , han sido sus frutos los más consumidos pero por parte de los niños, como un juego. Yo mismo recuerdo comerlos cuando chico en un descampado próximo a mi casa.


También, como no podía ser menos al tratarse de una planta tan abundante, se ha usado en medicina popular como remedio a diversos males, y con resultados diversos si hemos de hacer caso a los dichos: mientras que uno afirma "si te curas con malvas, mal vas" otro dice

                                                         malva te doy por remedio
                                                         con malva te has de curar
                                                         si no te curas con malva
                                                         mal vas de tu enfermedad


3 comentarios:

Fernando Álvarez dijo...

Una entrada preciosa Joaquín, las fotos son una maravilla, la cuarta me parece una belleza y la información es fantástica, me encanta.
Gracias, un abrazo

Meulen dijo...

Saludos
Me gustan mucho éstas flores y su historia interesante...se ven muy especiales y ese color hermoso.

Montse dijo...

Me encanta el color de la malva silvestre y tu explicación sobre el significado de "criar malvas" muy acertado, la primera opción es sencilla pero bastante creíble también.
Un abrazo.

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