18 de febrero de 2020

Bledos

Francamente, querida, me importa un bledo
 
                                          Rhett Butler a Escarlata O'Hara en Lo que el viento se llevó



Sin duda  el encabezamiento de hoy es una de las frases más famosas de la historia del cine. Lo que no sabía, y me ha llamado la atención, es que en España la censura  consideró  eso de los bledos demasiado fuerte, de modo que en su estreno, cuando Escarlata  pregunta ¿a dónde iré? ¿Qué haré? no se escuchó a Rhett Butler hablar de bledos  sino decir francamente, querida, eso no me importa.


Por lo que he podido leer esta frase también tuvo sus problemas en Estados Unidos. En 1939, año del estreno de la película, estaba vigente el conocido como código Hays, nombre del político que elaboró una lista de temas, y palabras, que deberían censurarse. Entre las palabras censurables se encontraba damn, que es lo que dice el capitán Butler: frankly my dear, I don't give a damn. Este damn significa maldición, aparte de bledo, y se consideraba muy mal sonante. El productor de la película, David O. Selznick, sin embargo la mantuvo, aunque por si acaso tenían previstas varias alternativas en su lugar. La frase pese a todo siguió adelante lo que le supuso a Selznick una multa de 5000 dolares, que no se si era mucho para la época, pero que recuperó rápidamente en taquilla.


Son muchas las expresiones que utilizamos para indicar que algo nos importa muy poco. Muchas de ellas echan mano del mundo vegetal y ciertamente una de las más populares es la de me importa un bledo, y es que los bledos (Amaranthus retroflexus) aunque se han usado como alimento en épocas de carestía no parecen tener un sabor destacable por lo que es en general despreciado, al menos por estos lares ya que según la wikipedia en la India, en el estado de Kerala, se usa para la elaboración de un plato popular.


No es la única expresión popular que hace uso de los bledos, aunque la otra no es tan conocida:

- ¡Verduras! ¿Y dónde están? - dijo Molinchar volviendo en derredor los ojos
- Me las quitó en el camino un cabo de dragones, cuyo nombre no sé; pero que debe andar por aquí y podrá dar testimonio de lo que digo. Pues poco le gustaron a fe. Regostose la vieja a los bledos, no dejó verdes ni secos

                                                                          La batalla de Arapiles
                                                                          Pérez Galdós



Cuenta  Covarrubias que una vieja, conocedora de las escasas cualidades gastronómicas de los bledos, no quería comer los que le ofrecían hasta que importunada por la insistencia los probó encontrándolos tan sabrosos que, no sólo no paró hasta acabarlos todos ella sola sino que a partir de ese momento los buscaba en todo momento. Se usa el refrán para indicar como puede convertirse en devoción la afición por algo o lo difícil que es apartarse de una costumbre

5 comentarios:

Miguel García dijo...

Mira por donde ahora ya se el origen de la expresión "me importa un bledo".
Un abrazo,

Lourdes Santos Bajo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Lourdes Santos Bajo dijo...

Interesante lo que comentas. No tenía ni idea del origen de esa expresión, ni de la existencia de los bledos. Siempre se aprende algo nuevo. Gracias por la información

Teresa dijo...

Muy intetesante. Besitos.

Montse dijo...

Interesante, gusta saber el origen de expresiones que utilizamos.
Un abrazo.

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