10 de junio de 2015

Matagallo

                                                       Tierra de piedra y sin agua,
                                                       cuatro matagallos secos,
                                                       cuatro encinas destrozadas
                                                                                     J.A. Muñoz Rojas


La siempre fecunda imaginación popular ha querido ver en las flores del phlomis purpurea la cresta de un gallo y de ahí que reciba el nombre de matagallos, resultado de unir dos sustantivos al igual que vimos al hablar del torvisco, y no porque nuestra planta mande gallos al otro mundo.


Alguno de sus otros nombres proceden de los usos que ha conocido y así en algunos lugares la llaman mechera, candilera o torcida pues sus hojas eran utilizadas para la fabricación de mechas para candiles. De ahí vendría también su nombre científico, del griego phlox, llama. Y para saber por qué la llaman también melera no es necesario ser un lince ni tampoco abeja pues según he podido leer su sabor es dulce y en otros tiempos gustaban de ella los niños.


Otros muchos usos no se corresponden con ningún nombre en concreto: sustituto del tabaco, remedio para los dolores de barriga, para los sabañones, para facilitar la expulsión de la placenta en cabras y ovejas...Y entre estos usos  que parece que no ha originado ninguna denominación se encuentra el que más me ha llamado la atención.


Hay cosas con las que hemos crecido y no se nos ocurre pensar que no siempre han sido así. El estropajo podría ser una de esas cosas, y resulta que tal como lo conocemos aun no tiene el siglo. Antes de inventarse lo que se usaba era el esparto ( cuyo uso he conocido aunque no tenga el siglo ) y en las zonas rurales y mas humildes otras plantas como nuestro matagallo.


3 comentarios:

Miguel García dijo...

Interesante entrada, he estado buscando en mi memoria pero esta planta no consigo recordarla.
Un abrazo,

Montse dijo...

Siempre lo cuentas todo de una forma tan amena e interesante, Joaquín!
No lo conozco a este Matagallo, pero las fotos que has hecho son preciosas.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

no lo entiendo

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