Oye, oye, no traigas eso. ¡Si no lo va a querer tomar! Tráete una vara. No, no traigas tampoco vara...Te pasas por la droguería y pides diez céntimos de sanguinaria. A mi me va a dar algo.
Fortunata y Jacinta
Benito Pérez Galdós
Al crecer pegada a la tierra y en colonias la Paronychia argentea, con sus bracteas blanquecino nacaradas que envuelven a las flores, le da al suelo el aspecto de estar nevado, de ahí uno de los nombres comunes con los que es conocida: nevadilla y el apelativo de argentea en su nombre científico (en algunos lugares tambien se conoce como hierba de plata). Lo de paronychia le viene de que era usada para el tratamiento de los panadizos.
El otro nombre por el que es conocida, sanguinaria, también procede de sus aplicaciones terapéuticas, en concreto de las virtudes que se le atribuyen como hipotensor y para cerrar las heridas.
Merece la pena agacharse para apreciar los tonos amarillos y rojizos de sus flores y apreciar el tacto como de papel de las nacaradas hojas que las cobijan
1 comentario:
Una entrada y unas fotos fantásticas, Joaquín, sobretodo la primera. Te felicito. He dejado una respuesta a tu comentario en mi blog y un enlace a un capítulo de mi relato de la morisca Zulema en el que hablo de Sevilla. Espero que te guste. Para entenderlo y no perderte con los personajes, te recomiendo que lo leas desde el primer capítulo. Un cordial saludo.
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