- ¿San Gabriel...? - ¿Está en casa
la rosa de Nazaret...?
- Pase, pase, Santo Arcángel.
Pase, pase, San Gabriel...
La Virgen María lavaba
con el agua del romero
un pañuelo de su novio,
de San José el carpintero
Fandanguillos de Huelva
Fernando Villalón
Si según el refrán de las virtudes del romero (rosmarinus officinalis) se puede escribir un libro entero, mucho me temo que diese para llenar más de un blog, así que como de momento no tengo intención de cerrar este no hablaré de las múltiples propiedades que se le atribuyen, ni de el alcohol de romero o del agua de la reina de Hungría.
Nunca hasta ahora me había preguntado qué es lo que la Virgen tendía en el romero, me preocupaba más por esos peces bebiendo en el río. La respuesta me la ha dado Fernán Caballero: tendía las ropitas del niño Jesús. De ahí, nos explica la autora en un escrito titulado Flores humildes, que goce de ese olor y de la virtud de florecer todos los viernes, día de la pasión, y que traiga la paz a aquellos hogares que lo usen para perfumar con sahumerios en nochebuena.
No son las únicas relaciones del romero con la Virgen o la Sagrada Familia. Una de las tradiciones al respecto nos la cuenta Jacinto Verdaguer en una de las partes que componen su poema La huida a Egipto, y que se llama precisamente el romero. Perseguida por Herodes la Sagrada Familia se esconde entre las ramas de un romero tras haberle negado cobijo primero un tamarindo y luego un carrizo. Agradecido por su ayuda el niño Jesús premia a la generosa planta cubriéndola de flores del mismo color que el manto de su madre.
No he encontrado la versión en castellano del poema de Verdaguer. He aquí el original:
Puix la vida tu em salvares,
romaní, bon romaní,
tes branquetes que son verdes
de flors les vull embellir,
com lo mantell de la Mare
del color de blau turquí.
1 comentario:
Great post, beautiful flowers:) Greetings
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