no le demos más
que con los madroños
se va a emborrachar.
Villancico popular
Tienen fama de embriagar los frutos del madroño, y es cierto que cuando están maduros contienen cierta cantidad de alcohol, no mucha , apenas un 0.5%, aunque tal vez suficiente para emborrachar al niño. Árbol de etimología incierta no sólo en castellano sino también su nombre latino: arbutus unedo. Según Andrés Laguna unedo procede del latín edo, comer, y del numeral unus, uno, (comer sólo uno) manera de avisar de las desagradables consecuencias de ingerirlos en exceso y no sólo porque puedan emborrachar sino porque son al decir de Laguna muy flatulentos.
Ni las flatulencias ni su contenido alcohólico parecen importar a los pájaros que encuentran en sus frutos de maduración otoñal una importante fuente alimenticia. Se da la circunstancia de que los frutos maduran en la misma época en que se produce la floración, de ahí que es posible ver a la vez flor y fruto (aunque el origen del nombre castellano parece ser prerromano hay quien piensa que deriva del latín maturus en alusión a la lenta maduración del fruto).
En el escudo que el rey Fernando III el santo otorgó a la villa de Madrid aparecen un oso y un madroño. Hay disparidad de opiniones respecto a su significado, aunque las más fiables apuntan que simbolizan las disputas entre el cabildo eclesiástico y el concejo municipal. Entre tantas teorías también Antonio Mingote ha expueto la suya: el oso, primitivo habitante del país, abrazado a un árbol para impedir que venga un concejal y lo corte.