Las parras y las enredaderas, y la madreselva y la hiedra, y los jazmines silvestres, cruzándose de árbol en árbol, formaban una magnífica bóveda natural, bajo la que solo podían comprenderse el reposo y el amor.
La alhambra, leyendas árabes Manuel Fernández y González
Aunque el más conocido y popular sea el jazmín blanco, este jazmín silvestre que viene hoy por aquí y que responde al nombre científico de Jasminum fruticans es más nuestro ya que se trata de una especie originaria de Europa, de la cuenca mediterránea, mientras que los demás jazmines proceden de Asia.
Comparte con el jazmín blanco la vistosidad de las flores, en este caso amarillas, lo que lo hace muy estimado en jardinería como planta ornamental, así como el olor aunque yo la verdad pese a que he acercado la nariz no he logrado apreciar nada.
Aparte del uso ornamental al que he hecho referencia se han usado sus frutos, unas bayas negras y brillantes, para teñir la lana.
Mucho más tarde, sentados en la terraza saboreando un vaso de vino blanco, mientras admiraban el jardín iluminado por una luna resplandeciente y aspiraban el perfume discreto de jazmines silvestres, se desnudaron el alma.
El plan infinito Isabel Allende
Dos citas estupendas para unas fotos preciosas Joaquín.
ResponderEliminarUn abrazo y nos vemos a la vuelta.
Precioso jazmín silvestre. Yo tengo un jazmín de flores amarillas, pero no es este, es el "mesnyi" que procede de China y se parece mucho.
ResponderEliminarLa tercera foto me ha dejado fascinada ¡preciosa! y bueno, las demás también.
Muchos besos.
Siempre me encantan tus entradas. Besos.
ResponderEliminarPreciosas todas ellas. No sé si es el mismo que abunda en algunos jardines sevillanos, pero nunca lo había visto silvestre.
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