dos mil moscas acudieron
que por golosas murieron
presas de patas en él
Las moscas
Félix María Samaniego
Al igual que las moscas a la miel en la fábula de Samaniego, también los insectos acuden a la planta que hoy nos ocupa , el aro (Arum italicum), aunque con mejor suerte, ya que aunque quedan presos en ella no tienen tan infausto fin y quedan finalmente libres.Eso sí, tras "pagar un rescate".
Lo que vemos de esta planta no es la flor propiamente dicha, que se encuentra oculta, sino una sofisticada trampa para polinizadores formada por una hoja modificada (la espata) que rodea a una espiga (la espátide) en cuya base completamente oculta por un repliegue de la espata que forma una cámara en torno a ella se encuentra la flor.
Esta "cámara floral" esta separada del exterior por unos filamentos que parten de la espátide hacia las paredes interiores de la espata, y que permiten la entrada mas no la salida. Por debajo de los filamentos encontramos un anillo de flores masculinas y más abajo el de flores femeninas (una imagen vale más que mil palabras) .
La espata al abrirse genera calor que ayuda a dispersar un olorcillo agradable a los insectos, los cuales, atraídos por el mismo, caerán en la cámara en la que quedarán presos. Si alguno de estos insectos ha estado previamente en otro aro traerá polen con el que fecundará la flor femenina lo que pondrá en marcha por un lado la maduración de la flor masculina de cuyo polen se impregnarán todos los insectos presos y por otro la atrofia de los filamentos que bloquean la salida, permitiendo que una vez cumplida su misión escapen para caer en la siguiente trampa y reanudar el ciclo.
En algunos lugares es conocida como llave del año y es porque en función de la disposición de las semillas los agricultores deducían como iban a darse las cosechas del año venidero.
Muy didáctica la entrada,Joaquín. El Aro es una planta relativamente frecuente. En Mérida la encuentro sobre todo en los márgenes del río.
ResponderEliminarUn saludo
Todas las plantas que como el aro tienen la espata (y se suelen llamar ariformes), me dan la impresión de ser exóticas y me encanta encontrarlas en los paseos camperos. Y luego esos frutos tan llamativos.
ResponderEliminarSaludos
Muy buena entrada. Saludos.
ResponderEliminarEsaa fábula de Samaniego me la contó mi abuela ¡ay, qué buenos recuerdos me has traído, Joaquín!
ResponderEliminarY qué buenas tus explicaciones sobre el proceso de fecundación de esta planta.
Muchos besos.
Por un mal paso llevo más de un mes inmovilizado y sin salir de casa, y entre los muchos entretenimientos que me he buscado (afortunadamente no me faltan) uno de ellos ha sido poner un poco de orden en este blog. Se ve que una de las veces he debido apretar el botón equivocado y he lanzado nuevamente una de las primeras entradas, ya que fue publicada en mayo del 2012. Me alegro de todos modos que os haya gustado. Como todavía no he acabado con los arreglos procuraré estar atento a los botoncitos.
ResponderEliminarNo importa que sea una entrada repetida. Curiosa. Saludos.
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