Nest pregunta a Marie si ya esta de nuevo en esos días del mes, porque más de una vez ha aliviado el dolor que le retuerce las entrañas a la priora con el remedio calmante de su madre: bilis de una lechona puesta al fuego, lechuga, beleño, trébol, nabo del diablo y belladona en una solución de vinagre
Matrix
Lauren Groff
La Oenanthe crocata crece habitualmente en la orilla de los ríos, lagunas o zonas anegadas, recuerda por sus flores y por sus hojas a la zanahoria o al perejil, y por su olor al apio ¡pero ojo!: se trata de una planta altamente tóxica que no rara vez ha ocasionado muertes al ser ingerida por confusión.
La planta posee un potente veneno similar a la cicuta, más concentrado en los tubérculos de las raíces. Tras su ingesta ataca al sistema nervioso central provocando convulsiones y la muerte. Al parecer una cultura que habitaba en Cerdeña antes de nuestra era usaba esta planta para matar a sus ancianos. Con la contractura de los músculos de la cara motivada por las convulsiones el condenado parecía estar riendo, y de ahí viene lo de risa sardónica.
Oenanthe viene del griego y significa flor del vino y crocata del color del azafrán ya que los tubérculos al cortarlos segregan un liquido de color azafranado. Como curiosidad, hay un hermoso pajarillo, la collalba gris, cuyo nombre científico es Oenanthe oenanthe porque en su migración volvía a Grecia cuando las vides florecían.
Los nombres vulgares a menudo nos deparan sorpresas como equiparar a san Pedro y al diablo: los tubérculos de las raíces de la Oenanthe crocata recuerdan a los nabos, de ahí que en castellano, y por su toxicidad, la planta sea conocida como nabo del diablo. En Galicia también les llaman nabos, pero de san Pedro.
Durante aquellas felices excursiones debí cortar todas esas flores que ahora, transcurridos casi sesenta años, me miran fijamente desde la muerte: momias de espino albar, ortiga muerta, nabo del diablo, cerezo aliso, hierba golondrinera, verónica -un buen ejercicio para mis traductores-. Algunas de las hojas de mi cuaderno se conservan sorprendentemente verdes.
Lluvia roja
Cees Nootboom