Cargando nuestros sueños bucólicos, atravesamos el cisco de carbonería que separaba la ciudad de los chopales y areneros preñados de uñas de gato y azotacristos
Mario Palomino
Al parecer la primera mención de este sedum se debe a E. Forster junior, que la recogió en una zona del condado Galés de Cardigan en una zona conocida como el puente del diablo, y logró hacerla desarrollarse en su jardín. En su honor lleva el apellido Forsterianum.
Muy bonitas, me gusta en particular la segunda que se le ven sus visitantes.
ResponderEliminarLa información, como siempre, muy interesante.
Un abrazo Joaquín
La he tenido hace tiempo. Un beso.
ResponderEliminarPreciosas las flores de los sedums ¡me encantan estas fotos!
ResponderEliminarUn abrazo.
Estupendas fotografías de esta especie. Saludos.
ResponderEliminar