21 de enero de 2020

Sello de Salomón

                   Hemos puesto el sello de Salomón en todas las cosas bajo el sol
                   de sabiduría y de pena y de sufrimiento por lo consumado

                                                                                                     Lepanto
                                                                                                     G.K. Chesterton



Salta a la vista que nada tiene que ver la planta que hoy enseño con el sello de Salomón que aparece en el poema de Chesterton, pero no iba a dejar de presentar esta planta sólo por no dar con un texto literario que la nombrase, máxime si tenemos en cuenta que, aparte de que me parece muy bonita, sus fotos me han costado varios kilómetros pues solo en un lugar de la sierra y relativamente apartado he encontrado esta planta (tampoco pesa mucho, caminar por la sierra de Aracena es siempre un placer en cualquier época del año, se haga con un objetivo concreto como en este caso para fotografiar una planta en distintas fases, o sin motivo).


El pueblo suele ser caprichoso a la hora de poner nombres a las cosas, pero siempre obedece a una razón. Difícil se antoja saber al mirar esta planta el por qué  se conoce como sello de Salomón. Posiblemente la razón se encuentre bajo tierra: el sello de Salomón es un rizoma, es decir tiene un tallo subterráneo horizontal, grueso como un dedo, del que surgen las raíces y los tallos. En los nudos en los que ha surgido un tallo queda cuando este muere una cicatriz circular: como un sello. El por que de Salomón ya se me escapa. 


También se conoce como lágrimas de David, lágrimas supongo que por esas flores colgantes, y de David ¿por las que el padre de Salomón derramó a la muerte de Absalón? ¿O fue primero lágrimas de David y luego sello de Salomón? Elucubraciones.


Entre los distintos usos que se le ha dado mencionaré el cosmético, para limpiar y quitar imperfecciones en la piel. A este respecto decía Andrés Laguna: El agua destilada de sus raíces tiene grande eficacia en adelgazar y purificar el rostro, y  ansi se aprovechan della las honestas matronas de Italia para conservarse en gracia  de sus maridos y divertirles que no vayan a buscar fuera lo que tiene sobrado en casa.


A todo esto aun no he dicho el nombre científico: Polygonatum (que tiene muchos nudos) odoratum (oloroso).


7 de enero de 2020

Tagarninas

Miguel tenía ya seis años, y con el afán de ayudar a su madre iba, como veía hacer a otros muchachos mayores que él, a coger tagarninas al campo. Salía por la mañana y volvía a la oración sin haber probado bocado en todo el día y por descanso iba de puerta en puerta ofreciendo sus tagarninas. Pero los muchachos mayores que él, que andaban más, habían vuelto antes y le habían quitado la poca venta que tenía la silvestre legumbre
                                                                         El vendedor de tagarninas
                                                                         Fernán Caballero



El texto que he elegido para encabezar y más concretamente una palabra del mismo, oración, me va a permitir empezar yéndome por los cerros de Úbeda. O mejor dicho por la Peña de Alájar. Para quienes no conozcan el lugar diré que Alájar está situado al pie de una formación muy particular conocida como la Peña de Alájar o de Arias Montano por haberla elegido como lugar de retiro  el famoso humanista. Al borde de la Peña, a más 150 metros sobre el pueblo, se sitúa un campanario. Sus campanas repican todos los días al amanecer y al ponerse el sol. Tras años de escuchar los fines de semana el alegre repique, me enteré, de casualidad como suelen ocurrir estas cosas leyendo algo que no tenía nada que ver, un cuento de Borges, me enteré digo que ese repique se llama oración. No se si se mantendrá esta costumbré en mucho lugares, sí puedo decir que lejos de molestar, ese toque de campanas con las primeras luces transmite cierta sensación de sosiego, al menos a mí.También es verdad que cuando las escucho es en fines de semana y periodos de vacaciones.


Pero vamos con las tagarninas que es como se conoce, sobre todo por el sur, al Scolymus hispanicus, y que por otros lugares denominan cardillo. Y aunque parezca mentira ambos términos tienen un mismo origen, pues según el diccionario de la lengua tagarnina procede del árabe hispánico taqarnína, a su vez del bereber taqarnina, este del mozárabe karlina y este por último del latín cardus, cardo.


Tienen las tagarninas las hojas dispuestas en una roseta basal muy ramificada. Esta roseta, una vez peladas las hojas espinosas dejando solamente el tallo  y los nervios centrales se ha usado desde antiguo como alimento, y en determinados lugares como en la provincia de Cádiz se continúa utilizando en cocidos (la famosa berza jerezana) en revueltos, esparragás, en ensalada... Bien es verdad que siempre ha sido más alimento de subsistencia en épocas de carestía que manjar apreciado como parece desprenderse de este pasaje del Quijote:

- Por mi fe hermano -replicó el del Bosque-, que yo no tengo hecho el estómago a tagarninas,ni a piruétanos, ni a raíces de los montes. Allá se lo hayan con sus opiniones y leyes caballerescas nuestros amos, y coman lo que ellos mandaren; fiambreras traigo, y esta bota colgando del arzón de la silla, por sí o por no, y es tan devota mía y quiérola tanto, que pocos ratos se pasan sin que le dé mil besos y mil abrazos


Las flores de las tagarninas también  han tenido al parecer utilidad, en este caso no tan honrada, y es que han sido usadas para adulterar o hacerlas pasar por azafrán.


No quiero cerrar el comentario sin aludir a otra acepción de tagarnina cuyo origen no he logrado encontrar y no se si tendrá relación con nuestra planta aunque sospecho que sí: se denominan tagarninas, en tono de burla, a los cigarros puros de mala calidad:

                                                     El habano , cuyo aroma
                                                     nunca la fragancia pierde,
                                                     arda en Madrid o arda en Roma,
                                                     y aunque de capa algo verde,
                                                     tiene el interior maduro..,
                                                     bien puede pasar por "puro".
                                                     Pero aquel que dobla la hoja
                                                     al roce de un leve tacto,
                                                     y en el perfume que arroja
                                                     nos da el olorcillo exacto
                                                     del incienso de cocina...
                                                     no es "puro", que es "tagarnina"
                                                                                     José Bernat y Baldoví