A la sombra del pino, acunándose en el más suave musgo, brotan el gibelurdín y la galamperna, el robellón y el níscalo, las setas que no quieren mal a nadie. El vagabundo, con el capote sobre las orejas, las arranca, casi con dolor, para entretenerse
Cuaderno del GuadarramaCamilo José Cela
Me atrevo con otra seta. Una macrolepiota sin lugar a dudas, y si no me equivoco, macrolepiota procera. Recibe diversos nombres como parasol, apagador, nariz de gato, matacandelas, galipierno o galamperna como dice Cela.
Por lo que he podido leer, y ver, se trata de una de las setas de mayor tamaño y de ahí vendría su apelativo latíno, de procer: elevado, alto. En la siguiente foto el erizo de castaña que aparece al pie nos permite hacernos una idea más aproximada del tamaño.
En los ejemplares jóvenes el sombrero sin abrir asemeja una maza, o cachiporra nombre con el que también se conoce.
Es comestible y según dicen su sabor recuerda a las nueces o las avellanas.
La macrolepiota procera, una seta deliciosa que, no obstante, es la causa del mayor número de muertes en Galicia por ingesta de setas venenosas y es que, dentro de las lepiotas, hay varias parecidas y muy venenosas. Yo nunca, por muy seguro que crea estar, recojo aquellas que tengan un sombrero inferior a los 20 cms. de diámetro.
ResponderEliminarUn abrazo,