Colgadas en el sobrado rebrillan amarillas mazorcas de maíz ladeadas por ristras de pimientos carmesíes ya secos. Por las paredes escalfadas, siguiendo alambrillos, se ensortijan, trepando, las campanillas y las almortas.
La Mauritania tingitana fue una provincia romana que abarcaría la parte noroccidental de lo que hoy es Marruecos, incluyendo también Ceuta y Melilla. Y por supuesto Tanger, la antigua Tingis que le daba el nombre a la provincia y a esta planta que traemos hoy la Lathyrus tingitanus o almorta tangerina.
Se ha usado como forrajera para alimentar al ganado aunque no debe abusarse de ella pues consumida en exceso puede provocar toxicidad a nivel gastrointestinal.
He encontrado referencias al consumo humano de sus semillas en épocas de carestía bien como harina bien tostadas como sucedáneo del café. No debe ser sin embargo muy recomendable ya que al menos en laboratorio se ha visto como su consumo excesivo se asocia a lesiones oseas propias del latirismo enfermedad provocada por la harina de su pariente la Lathyrus sativa cuando su peso en la dieta es importante.