23 de septiembre de 2012

Mogariza

La brisa era del oeste: venía sobre las colinas, cargada de dulces aromas de brezo y juncal; el cielo era de un azul inmaculado; el arroyo que bajaba por el barranco, crecido por las lluvia primaverales recientes, corría abundante y claro
                                                                                       Jane Eyre
                                                                                       Charlotte Bronte


Ya comente en una entrada previa que son varias las especies de brezo con flores de color rosa que podemos encontrar en la sierra de Aracena. Esta que vemos aquí es la erica umbellatum, conocida como mogariza o quiruela y que podemos distinguir por sus flores globulosas.


En la mitología egipcia aparece el brezo en la historia del dios Osiris, que engañado por su hermano Set es arrojado al Nilo encerrado en un sarcófago que las aguas acabaran depositando en la costa de Fenicia, quedando incrustado en el tronco de un brezo.



También en la griega encontramos referencias al brezo. Así Erictonio, primer rey mítico de Atenas, significaría según algunos "de la tierra de los brezos". Con el mismo nombre se conocía un viento procreador que procedía de los montes cubiertos de brezos.  

10 de septiembre de 2012

Gladiolo

"A partir de ahora, me alimentaré única y exclusivamente de flores".
Siguió a esta frase un breve intervalo de desconcierto, que ella aprovechó para extraer de su boca la dentadura postiza y arrojarla al otro extremo de la habitación. La dentadura rebotó en el borde de un mueble y, cuando cayó al suelo, ofreció a los presentes su sonrisa inmóvil.
- Ya no la necesitaré, las flores son blandas y digestivas. Nada mejor que un  buen ramo de petunias o lunarias para desayunar, nada mejor que los deliciosos pétalos de los gladiolos, las piloselas, las nomeolvides, las blancas flores del nenúfar.
                                                                                             La ternura del dragón
                                                                                             Ignacio Martínez de Pisón


 En los libros y lugares de internet que suelo consultar para documentarme  he encontrado referencias a al menos tres especies de gladiolo : el gladiolus italicus, el illyricus y el communis, aunque en algún lugar el illyricus aparece como subespecie del communis. Después de mucho mirar soy incapaz de decir a que especie pertenecen estos que aquí traigo, y es que las diferencias parecen mínimas. De tener que decantarme por alguno lo haría por el italicus, que al parecer tiene las hojas más anchas.


A nadie se le escapa el parecido entre las palabras gladiador y gladiolo y es que ambas tienen su origen en el mismo término, gladio, que en la antigua Roma designaba una espada de doble filo con hoja recta y corta, de aproximadamente medio metro. Como bien sabemos por el cine en las luchas que tenían lugar en los circos se usaban distintas armas: redes, escudos, lanzas, tridentes, espadas... Los que luchaban con espadas, gladios, recibían el nombre de gladiadores, nombre que ha pasado a designar a todos ellos. Nuestra planta ya recibía ese nombre en la antigüedad por la similitud de sus hojas con una pequeña espada y posteriormente Linneo se encargó de darle oficialidad a ese nombre.


En cuanto a la costumbre de premiar con gladiolos a los gladiadores que resultaban vencedores en sus combates no he encontrado ninguna fuente fidedigna. En cualquier caso sería un uso limitado a los escasos dos meses en que nuestra planta florece.